La satisfacción que tienes cuando agradeces cada día por todo lo que vives, sientes mayor satisfacción en todo lo que realizas, le das el lugar que merecen las personas, sabes como resolver tus conflictos sin tener que estar en una discusión, al contrario, buscas soluciones en donde otros ven problemas. Esto tal vez te lo da la experiencia, el crecimiento, el perder el miedo a los que otros digan de ti, te enfocas en el crecimiento personal, profesional y espiritual. Es un abrir de ojos, despertar del letargo en el que estamos, tener la certeza de que las cosas que te suceden tenían que pasar porque estaba pedido en el proyecto de vida que estas cumpliendo.
Aunque al tener claro lo que quieres para ti, o mejor dicho lo que no quieres, aceptas pocas que no te generen satisfacción, se cumplen con reglas, normas, planificaciones, pero no estás pendientes de lo que otros te digan, sino de hacer bien las cosas para sentirte pleno, agradecido, haciendo todo un nivel de conciencia diferente, dejando de lado lo que no te interesa, empiezas a darle prioridad a lo que es importante.
Uno podría responder que, sin duda alguna, lo peor de la vida de esclavo es, desde luego, la humillación constante y el trato degradante que supone su condición de esclavo. Sin embargo, habría otra posible respuesta: lo peor que le puede pasar a un esclavo es sentirse satisfecho y hasta agradecido de la vida que le ha tocado vivir y del trato que recibe.
Se ha señalado que la felicidad no es un destino, sino más bien una actitud con la que se viaja en la vida. En Medicina, en términos holísticos, la felicidad sería estar viviendo en paz, desde el punto de vista psicológico, con nosotros mismos, con una buena relación familiar y con las demás personas del medio donde convivimos y nos desempeñamos y, por supuesto, tener una buena salud física; sin embargo, ni siquiera esta definición es completa, ya que algunos discapacitados muy valientes, dicen sentirse felices de vivir a pesar de sus problemas.
Cuántas veces hemos vivido la experiencia de iniciar muy emocionados y con altas expectativas un proyecto y al cabo del tiempo, ante los obstáculos aparecidos, mejor decidimos abortarlo antes de encontrar la manera de saltar los obstáculos aparecidos. ¿Qué hace, qué sucede en nosotros que haga la diferencia entre abandonar la consecución de un fin deseado a invertir todo el esfuerzo que haga falta para finalmente lograrlo?
A veces, estamos tan concentrados en querer ganar que se nos olvida disfrutar. Tenemos una insatisfacción crónica cuando no valoramos el recorrido que hemos realizado para llegar al punto en el que estamos.
Aprendamos a ser agradecidos y dejemos que todo fluya,
Abrazos energéticos de LUZ Y AMOR.