miércoles, 27 de agosto de 2014

Aprendiendo a escuchar.

Publicado por CB Ana María


¿Por qué tienes unas orejotas tan grandes y la boca tan pequeña? Porque debemos escuchar más y hablar menos. Puede que hablar sea una necesidad, pero escuchar es ¡un arte! 
Un día cualquiera de nuestra vida, reflexionamos todo lo que decimos durante el día, y nos damos cuenta que <<no nos escuchamos>> que es más fácil utilizar a otros, que predicar con el ejemplo. Debemos entender que cada uno necesita su espacio, su tiempo y ser respetado.
¿Cómo podríamos aprender a escuchar desde el punto de vista psicológico? Porque saber escuchar lógicamente, o saber escuchar, dijéramos, físicamente, es cosa relativamente fácil, pero psicológicamente, ¡cuán difícil es saber escuchar!
Hay que estar en actitud receptiva. Esos que están llenos de orgullo, de auto-suficiencia, esos que están rellenos de teorías, ¿creen ustedes acaso que se encuentran en el estado preciso para poder escucharnos? Ante todo, tenemos que reconocer nuestra propia  miseria interior, antes de poder escuchar a otros. Pues antes, si hemos escuchado nosotros  miles y hasta millones de veces, lo que nos han dicho, y creemos que la  hemos escuchado, pero en realidad de verdad, no hemos escuchado nada.
Ven ustedes qué difícil es saber escuchar, vean ustedes cuán trabajoso es. Se necesita ante todo ser conscientes, si queremos saber escuchar.
Así que,  nosotros debemos volvernos cada vez más receptivos debemos aprender a escuchar psicológicamente. Para poder escuchar, hay que estar atentos a los que nos quieren decir, ser conscientes...!
Un cuento Zen, nos trae a  colación.
Un discípulo que se quejaba constantemente a su Maestro de que le ocultaba el secreto último del Zen.
«Un día, el Maestro se lo llevó a pasear con él por el monte. Mientras paseaban, oyeron cantar a un pájaro.
—'¿Has oído el canto de ese pájaro?', le preguntó el Maestro.
—'Sí', respondió el discípulo.       
—'Bien, ahora ya sabes que no te he estado ocultando nada'.
—'Sí', asintió el discípulo»'.
Oír, escuchar, contemplar…. requieren un ámbito y una actitud bien distintos de los que habitualmente nos rodean: ruidos, o palabras. «Palabras para cantar, palabras para rezar, palabras para llorar, palabras, palabras, palabras...» ¿Es lo mismo «escuchar» que «oir»? Los psicólogos destacan la importancia de esta dinámica del escuchar, calificándola con elocuentes epítetos. C. Rogers hablará del «escuchar empático»; R. Carkhuff, del «escuchar activo», como contrapuesto al pasivo; J. Rowan, del «escuchar holístico» (la escucha como proceso de la totalidad); y E. Gendlin, del «escuchar absoluto» o del «escuchar terapéutico», subrayando en este caso que la escucha no es sólo una mera disposición o simple paso dentro de un proceso de cambio, sino que puede ser en sí misma un proceso sonante, por la capacidad que tiene de facilitar la clave de comprensión de los significados. M. Marroquín ha insistido en esta misma línea, encuadrando la escucha activa como una destreza imprescindible en cualquier tipo de relación de ayuda.
También se ha categorizado adecuadamente el escuchar como el proceso de la atención psicológica interna. Escuchamos desde nuestro adentro, limpio de ruidos, y con la atención relajada. Es indudable que hay personas con más habilidad que otras para manejar estos procesos de forma natural, lo mismo que hay personas más hábiles para hablar, que  para escuchar
«La mayoría de nosotros escuchamos a través de una pantalla de resistencia. De una auténtica escucha nos separan nuestros prejuicios, sean religiosos o espirituales, psicológicos o científicos; nos separan nuestras preocupaciones diarias, nuestros deseos o expectativas, nuestros miedos, etc. Y con esto como pantalla... ¡escuchamos! Por lo cual, lo que realmente escuchamos es... nuestro ruido, nuestro sonido, no lo que realmente está siendo dicho...»
Escuchar y ser escuchado: es un arte experiencial. Cuando realmente puedo escuchar a alguien,  me pone en contacto con él individuo, enriquece mi vida. A través de la escucha he aprendido todo lo que sé sobre los individuos, la personalidad y las relaciones interpersonales. La falta de comunicación, que era —y sigue siendo— tan común.

Me gusta ser escuchada!!. Innumerables veces en mi vida, me he encontrado dando vueltas a una misma cosa o invadida por sentimientos de inutilidad o de desprecio. Creo que he sido más afortunada que muchos, al encontrar en esos momentos a individuos que han sido capaces de escuchar mis sentimientos más profundamente de como los he conocido yo, escuchándome sin juzgarme ni evaluarme...»

martes, 26 de agosto de 2014

¡Reinventarse!

Publicado por CB Ana María






"Cuando la fruta está madura simplemente cae. Cuando el momento es apropiado, simplemente sucede"

.La manera en que percibimos la vida está totalmente condicionada por nuestros pensamientos, nuestras creencias, nuestros miedos, nuestras experiencias y nuestros deseos. Si queremos cambiar nuestra vida, primero debemos cambiar nuestra manera de interpretarla.

Constantemente vivimos haciendo cambios, queriendo mejorar nuestro entorno, eliminando lo que no necesitamos, buscando llenar vacíos con cosas que no necesitamos, pero deseando siempre reinventarnos.
Cuando nos damos cuenta que los cambios se deben hacer de adentro hacía afuera, es allí cuando comienza el dilema. Sentimientos encontrados, miedos, ira, odios,involucrando personas, sin tomar en cuenta, ¿qué es lo que verdaderamente queremos hacer?.

Siempre hay varias maneras de alcanzar nuestras metas, sentirnos plenos y realizados. Cuando algún aspecto de nuestra vida no nos gusta,cambiemos nuestro enfoque sobre él. Si siempre hacemos lo mismo, el resultado será el mismo.Cuando uno cambia la forma de ver las cosas, las mismas cosas cambian.

Tenemos el poder ahora de cambiar nuestra manera de pensar y de liberarnos del peso de nuestro pasado. Cada instante presente es una eternidad en sí mismo, llénala de posibilidades.
Las cosas, las personas y las situaciones, sólo tienen poder sobre nosotros en la medida en que les damos dicho poder.
Nunca es tarde para retomar la responsabilidad de nuestra vida y desarrollar nuestro pleno potencial.

Tan solo existen dos emociones: el amor, que es nuestra herencia natural y el miedo, un invento de nuestras mentes y que es ilusorio. Todos los instantes del día elegimos entre las dos emociones y nuestra elección determina el tipo de día que tenemos y el modo en que percibimos el mundo. Si enseñamos el miedo, la descripción de la realidad que aceptamos como propia estará llena de miedo.Además, "tener miedo está pasado de moda". ¡Atrévete a cambiar!

 De la  misma forma un mundo lleno de amor será nuestro cuando extendamos solamente amor.
Esto significa que el mundo no tiene que cambiar antes de que nosotros seamos felices, apacibles o cuidadosos con los demás. Lo único que tiene que cambiar es nuestra actitud. El cambio es posible, no obligatorio.

Fuente: Libro Reinventarse, Tu segunda oportunidad
            Mario Alonso Puig.














lunes, 25 de agosto de 2014

EL PODER DEL NOMBRE





Cuando dicen nuestro  nombre nos sentimos importantes, nos sentimos más validados, sentimos que somos alguien. Desde pequeños y hasta el día de hoy, una forma de que no hiciéramos algo era repetir nuestro nombre seguidamente. La forma en que tiene la madre de influir en los hijos es repetir su nombre una y otra vez en tono imperativo y a veces amenazante. Obviamente debes tener en cuenta que te has establecido desde pequeño con tu nombre.

En la cuestión de la adivinación de los nombres, pronunciar el nombre de una persona es formular un deseo o una bendición acerca de él cada vez que se pronuncia. Nombramos estos dos temperamentos que llevamos dentro para casar el ego con el espíritu. Esta pronunciación del nombre y este casamiento se llaman, con palabras humanas, amor propio. Cuando se produce entre dos personas individuales se llama amor recíproco.

Dar nombre a una fuerza, una criatura, una persona o una cosa tiene varias connotaciones. En las culturas en las que los nombres se eligen cuidadosamente por sus significados mágicos o propicios, conocer el verdadero nombre de una persona significa conocer el camino vital y las cualidades espirituales de dicha persona. Y la razón de que el verdadero nombre se mantenga a menudo en secreto es la necesidad de proteger a su propietario para que pueda adquirir poder sobre dicho nombre y nadie lo pueda vilipendiar o pueda apartar la atención de él y para que su poder espiritual pueda desarrollarse en toda su plenitud.

En los cuentos de hadas y las narraciones populares el nombre tiene varios aspectos adicionales. Aunque en algunos cuentos el protagonista busca el nombre de una fuerza perversa para poder dominarla, por regla general la búsqueda del nombre obedece al deseo de evocar esta fuerza o a esta persona, a la necesidad de estar cerca de esta persona.


Conocer los nombres equivale a adquirir y conservar la conciencia de la doble naturaleza. Por mucho que uno lo desee e incluso recurriendo al uso del propio poder, no se puede establecer una relación profunda sin conocer los nombres. Pero no tenemos que preocuparnos demasiado. El solo hecho de que nos interese descubrir los nombres significa que ya vamos por buen camino. según las personas, pero tienden a ser en cierto modo contrarios. Tal como ocurre con buena parte del mundo natural, es posible que al principio los nombres nos parezcan inmensos y pensemos que carecen de una pauta o repetición determinada. 


Fuente: Mujeres que corren con los lobos.
Publicado por: Ana María C.B.





























































































































domingo, 6 de abril de 2014

¿SOMOS REALMENTE FELICES?

Publicado por CB Ana María

 



PARA REFLEXIONAR._
DE UNA SEMILLITA.

La historia que tiene más de un siglo, cuenta que una Princesa

agonizaba. En su lecho de muerte pidió que su tumba fuese

cubierta con una gran piedra de granito y que alrededor hubiese

otras piedras sellando la lápida.

También dio órdenes de afianzar las piedras con abrazaderas de hierro.

A pedido suyo, la lápida llevaría escrito. “Esta tumba, comprada para toda la eternidad, jamás deberá abrirse”.

Aparentemente, durante el entierro se metió en la tumba una bellotita.

Al tiempo empezó a asomarse un brotecito en medio de las piedras.

La bellota había podido absorber suficiente alimento como para crecer.

Después de varios años de crecimiento, un robusto roble se levantaba entre las abrazaderas de hierro. El hierro no pudo con el roble y sus raíces lo rompieron, dejando al descubierto la tumba que nunca debía abrirse. La nueva vida se abrió camino desde el lecho de muerte con una semillita.

La sabiduría que tenemos siempre en nuestro corazón hace que usemos nuestras herramientas de la felicidad como forma de vida.

Todos los días tenemos infinidad de oportunidades para aprovechar un nuevo comienzo .

El comienzo se inicia cuando alguna cosa termina.

La felicidad como una entidad finita, con bordes, como el diamante Hope o la Mona Lisa, sino la suma de muchas cualidades importantes: amor, optimismo, valor, sentido de la libertad, pro actividad, seguridad, salud, espiritualidad, altruismo, perspectiva, humor y finalidad.

Estas son cosas que hay que decidir lograr.

La felicidad es un trabajo arduo, difícil y más difícil para unas personas que otras porque tienen un componente genético.

Fuente: Dr. Dan Baker/Cameron Stauth.

               Lo que sabe la gente feliz.
                                         

sábado, 5 de abril de 2014

NUESTROS PENSAMIENTOS

Publicado por CB Ana María

 
Los pensamientos de hoy crean las experiencias de mañana.
Las cosas que pensamos, las palabras que decimos y las creencias que tenemos son muy poderosas; dan forma a nuestras experiencias y a nuestra vida. Es como si cada vez que tenemos un pensamiento o decimos una palabra el Universo nos escuchara y nos respondiera.

Así pues, si hay algo en nuestra vida que no nos gusta, tenemos el poder para cambiarlo. Tenemos el poder de nuestros pensamientos y palabras. Cuando cambiamos las palabras y los pensamientos, cambian también nuestras experiencias.

Sea cual sea nuestro pasado, sea cual sea el ambiente del que procedemos, por difícil que haya sido nuestra infancia, hoy podemos hacer cambios. Esta es una idea muy poderosa y liberadora, y si creemos en ella se convierte en realidad. En mi opinión, esta es la forma en que resolvemos todos nuestros asuntos y problemas. Primero efectuamos el cambio en la mente y entonces la vida nos responde conforme a ello.

Lo que estamos viviendo en estos momentos es lo que nos hemos creado con las creencias pensamientos del pasado. Así, si en nuestra vida hay algo que no nos gusta, tenemos la opción de recrear nuestras experiencias del futuro. Cuando comenzamos a cambiar nuestra manera de pensar, es posible que no se produzcan muchos cambios positivos de inmediato, pero si continuamos con nuestra nueva forma de pensar, veremos que el mañana se va haciendo diferente. Si queremos que el mañana sea positivo, hemos de cambiar nuestros pensamientos hoy.


¿Cómo puedo pensar de modo positivo si estoy rodeado de personas negativas?. Cuando estoy con alguna persona dice cosas negativas, digo para mis adentros: Eso podrá ser cierto para ti, pero no para mí.

A veces incluso lo digo en voz alta. Esta actitud permite a la otra persona ser todo lo negativa que quiera mientras yo continúo fiel a mis creencias positivas. Hago lo posible por evitar a ese tipo de personas. Una podría preguntarse por qué está siempre rodeada de personas negativas.

Tengamos presente que no podemos cambiar a nadie. Cada persona sólo puede cambiarse a sí misma. Cuando cambiamos en nuestro interior los demás reaccionan a ese cambio. Lo más importante que podemos hacer es cambiar nuestra forma de pensar. Por muy ocupados que estemos o por arduo que sea el trabajo, siempre podemos pensar, y nadie puede meterse en nuestros pensamientos.

Fuente: Hay Louise
              El Mundo te está esperando.