lunes, 9 de noviembre de 2020

En esta vida todo es cíclico.



Hoy he decidido retomar el blog para escribir un poco de las vivencias tenidas en este período de tiempo ausente.
Hay momentos en la vida que todo se presenta de un tono que no se puede descifrar, sobre todo en estos días donde hemos aprendido a dar gracias hasta por el aire que respiramos, ahora valoramos mucho más los pequeños detalles, dejando atrás todo ese corre corre que solo nos lleva a sentir tensión y preocupaciones.
Discernir, reflexionar e instalarse en una nueva modalidad de vida es como montarse en una montaña rusa, cerrar los ojos y  mirar desde adentro todo lo que va ocurriendo, sin ponerse a pensar, solo mirando con los ojos del alma. Tal vez no pensé que esto podía suceder, pero en vista de que todo es cíclico, hay que encaminarse cada vez más con una mente abierta, despierta y con ganas de seguir adelante.


Tanto afán corriendo por hacer el trabajo, las tareas, atender a la familia, las amistades, la pareja, los hijos, olvidarse que la más importante en esta vida es una, que debemos dedicarnos primero a nosotros para luego poder ayudar a otros, pero no es algo que tengamos muy claro, solo nos damos cuenta cuando llega el agotamiento físico que nos manda a parar porque el agotamiento mental está pasando factura, es allí donde aprendemos a valorarnos, amarnos y, a despertar del letargo en el que estábamos  sumergidos.
Por eso es que una vez más he llegado a la conclusión de que lo que no nos damos nosotros, los demás no lo van a hacer, por mucho amor que sientan por nosotros.
Aprendamos a valorarnos cada día más, a buscar y desarrollar todo lo que genere ese nivel de satisfacción, lo que llene  nuestro corazón de alegría mientras lo hacemos, que allí está la verdadera importancia del saber vivir.

Abrazos energéticos de LUZ y AMOR.


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