martes, 5 de abril de 2016

ESCUCHAR NUESTRA VOZ INTERIOR



Revisando en internet he leído este cuento y es muy bueno para reflexionar: ¿Cómo está el autoestima?, ¿Somos consciente de quiénes somos?, ¿Cuál es nuestra misión en la vida? ¿Qué talentos y dones tenemos?
Qué excelente poder revisar cada una de las preguntas anteriores para buscar en nuestro interior y hacer un listado de todas las cosas que tenemos y no sabemos dónde implementarlas. Cuando somos conscientes abrimos un cúmulo de posibilidades para destacar en otros ámbitos, que no creíamos que podían ser.
Si vamos a revisar en nuestro interior vemos que es lo que en realidad cuál es nuestra verdadera esencia y abrirnos a otras oportunidades para lograr estar… “De bien a excelente.”



Cuento: El árbol que no sabía quien era.

Había una vez en un lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un jardín esplendoroso con árboles de todo tipo: manzanos, perales, naranjos, grandes rosales,... Todo era alegría en el jardín y todos estaban muy satisfechos y felices. Excepto un árbol que se sentía profundamente triste. Tenía un problema: no daba frutos.
-No sé quién soy... -se lamentaba-.
-Te falta concentración... -le decía el manzano- Si realmente lo intentas podrás dar unas manzanas buenísimas... ¿Ves qué fácil es? Mira mis ramas...
-No le escuches. -exigía el rosal- Es más fácil dar rosas. ¡¡Mira qué bonitas son!!
Desesperado, el árbol intentaba todo lo que le sugerían. Pero como no conseguía ser como los demás, cada vez se sentía más frustrado.
Un día llegó hasta el jardín un búho, la más sabia de las aves. Al ver la desesperación del árbol exclamó:
-No te preocupes. Tu problema no es tan grave... Tu problema es el mismo que el de muchísimos seres sobre la Tierra. No dediques tu vida a ser como los demás quieren que seas. Sé tú mismo. Conócete a ti mismo tal como eres. Para conseguir esto, escucha tu voz interior...
¿Mi voz interior?... ¿Ser yo mismo?... ¿Conocerme?... -se preguntaba el árbol angustiado y desesperado-. Después de un tiempo de desconcierto y confusión se puso a meditar sobre estos conceptos.
Finalmente un día llego a comprender. Cerró los ojos y los oídos, abrió el corazón, y pudo escuchar su voz interior susurrándole:
"Tú nunca en la vida darás manzanas porque no eres un manzano. Tampoco florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Tú eres un roble. Tu destino es crecer grande y majestuoso, dar nido a las aves, sombra a los viajeros, y belleza al paisaje. Esto es quien eres. ¡Sé quien eres!, ¡sé quien eres!..."
Poco a poco el árbol se fue sintiendo cada vez más fuerte y seguro de sí mismo. Se dispuso a ser lo que en el fondo era. Pronto ocupó su espacio y fue admirado y respetado por todos.
Solo entonces el jardín fue completamente feliz. Cada cual celebrándose a sí mismo.



jueves, 4 de febrero de 2016

RECONOZCO QUE TENIAS RAZÓN.

No entendía lo que veías y querías decirme…  ¡es muy duro!,  aunque no sé  si por educación, principios, o respeto no terminas de aclarar lo que debía entender.
Siempre has tenido la razón, tienes un don natural para ver las cosas que otros no ven, tienes un talento increíble, sólo lo reconocemos cuando se realizan las cosas que por intuición nos has dicho. Hablas constantemente nos haces  sugerencias que no valoramos  porque en el momento no lo entendemos,  pero… qué difícil es reconocer  que tantas veces  has dicho y repetido de manera reiterada  lo que debemos  hacer para mejorar, sin embargo no  prestar atención nos trae inconvenientes, o situaciones incómodas.
Esa sabiduría que llevas con tanta humildad que no reconoces tener, en numerosas oportunidades aclara a tantas personas lo que no creen que puedan suceder, acercarte al otro, que no hace más que establecer lazos de unión con las personas que quieres y que te importan.
Hablar es una necesidad, escuchar es un arte (Goethe)
Las personas que saben escuchar a otros, los acompañan en su viaje por la vida.
El escritor y orador J. Krishnamurti afirmaba “Escuchar es un acto de silencio”. Mientras no callemos nuestro dialogo interno y prestemos atención a nuestro interlocutor, no aprenderemos a escuchar. Solo una actitud de escucha atenta hace fecunda la palabra que podemos dar a nuestro interlocutor. Es difícil poder decir al otro algo que resulte válido si no abrimos de par en par nuestros oídos para escucharlo. Así la persona escuchada sentirá que le están dando la importancia que merece, quedando agradecida y creándose a su vez un clima de respeto, estima y confianza.
Muchas veces, las personas que están atravesando un momento difícil en su vida, sólo necesitan que alguien las escuche. Necesitan hablar para desahogarse, para descargar su ansiedad, su angustia. Cuando escuchamos, estamos ayudando a la otra persona a poner en palabras lo que le ocurre, a dar nombre a su malestar. Al sentirse escuchada, la persona puede intentar organizar sus pensamientos y avanzar y empezar a comprender su dolor. Tenemos dos oídos para oír y una boca para hablar, es indispensable para nuestra comunicación, sin embargo hablamos dos o tres veces más de lo que somos capaces de oír. No debes poner barreras a la información que recibes, no limites tus oídos y abuses de tu boca, sino más bien al contrario... llénate de información y no des tanta. Tu naturaleza te dice que aproveches lo que entra en tu cuerpo, lo que recibes, lo que escuchas y lo que oyes, porque es necesario y a la larga tu felicidad, aunque creas que no es para tanto, será dependiente de estas cosas que parecen tan insignificantes.
Si todos aprendiéramos a escuchar un poco más y a hablar un poco menos, todos seríamos un poco más felices y nuestra vida estaría más equilibrada, los problemas tenderían por naturaleza a solucionarse de una manera más directa y efectiva y en general la felicidad estaría más a nuestro alcance.

El saber escuchar se ha convertido hoy en día en una virtud que pocas personas tienen. Aprende a oír a los demás, a escuchar a tu entorno y a recibir todo lo que está a tu alrededor. Lo que entra en tu mente y en tu cuerpo te será de más utilidad que aquello que sale de él.


viernes, 22 de enero de 2016

ALEGRA TU VIDA.




  
Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.

Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.

A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme.


Sabemos  que “en cuerpo sano, mente sana.”, pero, para que esos dos esos: cuerpo-mente se mantengan sanos, se necesita un buen estado de ánimo.
El amor, alegría, positividad, proactividad y fe, hacen la fórmula más efectiva para prevenir las enfermedades; y como cóctel es el mejor para celebrar la buena vida que todos merecemos.
Las cualidades y emociones positivas del ser humano, incide en la salud integral del individuo,  las personas felices, por lo general son sanas física y mentalmente.
Seres humanos llenos de inquietud y curiosidad nunca satisfecha, acumulan estrés en su vida diaria, llevándolos a una magnificación de la preocupación, que resta efectividad a lo único realmente importante: ocuparse de encontrar la mejor forma de resolver el asunto.
La risa y el buen humor, unidos al sentimiento de compartir, producen el buen estado de ánimo, cuyos efectos positivos se hacen patentes al observar el cambio inmediato de actitud y progreso en la curación de una persona enferma, cuando es constantemente animada.

SALUD Y ESTADO DE ANIMO
Mario Benedetti.




jueves, 7 de enero de 2016

ENERGIA DEL AMOR.


Una de las energías más hermosas que emanamos, es la energía del amor. Nos queremos mucho, disfrutamos a plenitud cada momento de nuestra vida, hablamos con sutileza, todo es un ambiente de felicidad.
“La belleza está en los ojos de quién la ve” una frase muy hermosa para discernirla cada uno de nosotros.
Los compuestos químicos y las hormonas que genera el amor. El amor libera dopamina, serotonina y oxitocina, por eso que cuando nos enamoramos nos sentimos excitados, llenos de energía y nuestra percepción de la vida es magnífica. Pero los neuroquímicos del enamoramiento vienen a chorros y al cabo del tiempo, al igual que pasa cuando alguien consume drogas durante un período largo de tiempo, llega la tolerancia o lo que comúnmente se conoce como habituación.  El amor promueve la reproducción, lo que provoca una gran cantidad de sustancias químicas que producen felicidad. El sexo es sólo un aspecto de la conducta reproductiva. El amor motiva a recorrer el mundo con tal de estar a solas con esa persona especial. Por supuesto, que la razón está por encima de esas banalidades biológicas pero los neuroquímicos de la felicidad, hacen que sienta tan bien estar enamorado, que el cerebro busca la manera de conseguir más. Los neuroquímicos hacer su trabajo sin palabras, y nosotros buscamos palabras para explicar la locura de nuestras motivaciones. A veces es más simple engañarse o manipular que intentar entenderlo.
Fragmento de la entrevista de Eduard Punset a la Dra. Helen Fisher en el Magazine de El Mundo.

“Los hombres se enamoran más deprisa que las mujeres y ello tiene una explicación evolutiva”, dice Fisher a Punset. Helen Fisher es investigadora del Departamento de Antropología de la Universidad de Rutgers, EE.UU. Ha conducido un extenso estudio sobre la evolución, la expresión y la ciencia del amor. Es autora de varios libros como ¿Por qué amamos? que describe cada aspecto de la experiencia de enamorarse desde un punto de vista científico. Eduard Punset: ¿Por qué nos gusta una persona en concreto entre todas las demás? Helen Fisher: Es una pregunta muy difícil. Nadie sabe la respuesta. Sabemos que interviene un componente cultural muy importante. El momento también es muy importante: hay que estar dispuesto a enamorarse. La gente tiende a enamorarse de alguien que tiene alrededor, próxima; nos enamoramos de personas que resultan misteriosas, que no se conocen bien. En el caso de las mujeres, el enamoramiento se asocia con una mayor actividad con áreas cerebrales relacionadas con la capacidad de rememorar.
A la mujer enamórala todos los días, no cada vez que la vas a perder… Aquí les dejo un cuento para reflexionar...

La Princesa y el Sapo: Había una vez una princesa que era muy pero muy soñadora. Siempre estaba en las nubes. Y nadie la bajaba de ahí, y algunas veces hablaba sola y otras veces pensaba que capaz que algún día sus sueños se harían realidad. Pero no siempre los sueños se hacen realidad, un día le pasó lo más extraño se encontró con un sapo que hablaba. -¡No te acerques!- Le dijo ella y el le dijo - ¡No te asustes, no voy a hacerte nada! Solo soy un sapo que habla- ¿Qué quieres?, dijo ella. Y el le dijo -Quiero un beso tuyo para volver a ser humano. -¡No, que asco no puedo besar a un sapo!-dijo ella. ¿Por qué? Si en realidad yo soy un príncipe, dice el sapo. -No, no te creo. Cómo un sapo como vos va a ser un príncipe. -¿Qué no crees en la magia?-dijo el sapo. Sí, dijo ella. Y el dijo - entonces bésame - Y ella dijo - está bien - y lo besó. En ese momento algo pasó, el feo sapo se convirtió en un apuesto príncipe. Y ella dijo -¡Entonces era verdad! Muy pronto se casaron y vivieron felices por siempre...

Autora - Melani Lescano.

Fuente: Eduard Punset
Redes para la ciencia.


miércoles, 6 de enero de 2016

LAS ACCIONES DICEN MÁS QUE LAS PALABRAS.


Durante los duros años de la depresión, en un pueblo pequeño de Idaho, USA, solía parar en el almacén del Sr. Miller para comprar productos frescos de granja. En aquellos tiempos la comida y el dinero escaseaban, y el trueque era frecuente.
 Un día, vi un niño pequeño, con la ropa gastada y sucia que miraba atentamente un cajón de manzanas rojas.
Mientras yo mismo admiraba las hermosas manzanas, no pude evitar escuchar la conversación entre el pequeño y el Sr. Miller.
¿Hola Barry, como estás, quieres algo? Hola Sr. Miller, estoy bien, gracias, solo admiraba las manzanas... se ven muy bien.
Si, son muy buenas, ¿cómo está tu mamá? Bien. ¿Hay algo en que te pueda ayudar?
No Señor. Solo admiraba las manzanas. ¿Te gustaría llevarte algunas a casa?, claro que sí.
Bueno, ¿qué tienes para cambiar por ellas?
Lo único que tengo es esto, mi canica más valiosa. ¿De veras? ¿Me la dejas ver?
Barry le mostró su tesoro, pero el Sr. Miller, no se quedó muy contento. El único problema es que está es azul, y a mí me gustan las rojas, dijo. ¿Tienes alguna como esta, pero roja, en casa? No exactamente, pero tengo algo parecido.
Hagamos una cosa. Llévate esta bolsa de manzanas a casa y la próxima vez que vengas muéstrame la canica roja que tienes. Muchas gracias Sr. Miller. Y salió corriendo con su bolsa de manzanas rojas.
La Sra. Miller se acercó a atenderme y con una sonrisa me dijo, hay dos niños más como él en nuestra comunidad, todos en una situación de extrema pobreza.

A Jim le encanta hacer trueque con ellos por patatas, manzanas, tomates, o lo que sea .Cuando vuelven con las canicas rojas, él decide que en realidad no le gusta tanto el rojo, y los manda a casa con otra bolsa de comida y la promesa de traer una canica color naranja, verde o azul la próxima vez.
Me fui del negocio sonriendo e impresionado con este hombre. Tiempo después el Sr. Miller falleció.
Por la noche fui a su velatorio acompañando a unos amigos. Al llegar, comenzamos a saludar a los familiares para dar nuestro pésame. Delante de nosotros había tres jóvenes, muy bien vestidos, parecían profesionales, saludaron a la Sra. Miller y luego se acercaron respetuosamente para despedirse del Sr. Miller.
Cuando llegó nuestro turno, la Sra. Miller con los ojos brillando, me tomó de la mano, me condujo al ataúd y me dijo: Esos tres jóvenes que se acaban de ir son los tres chicos de los cuales le hablé, me dijeron que vinieron a pagar su deuda.
A continuación la esposa levantó la mano de su esposo fallecido. Allí estaban, eran tres canicas rojas exquisitamente brillantes. El amor del Sr. Miller quedo grabado en el corazón de los tres chicos de tal manera, que jamás olvidaron su actitud y generosidad.
“No seremos recordados por nuestras palabras,
Sino por nuestras acciones” Autor: Desconocido.

Cuando leí esta historia, me hizo reflexionar, sobre todo en estas fiestas que estamos cada uno de nosotros compartiendo esa energía que emana del espíritu de la navidad.
Aprovechemos para ser cada día más generosos y llenemos de felicidad esos corazones de niños que tienen mucha dificultad para compartir lo básico con sus familias.
Nuestros actos dicen más que nuestras palabras, por ello seremos recordados.
De corazón a corazón que cada uno reflexione y saque sus propia conclusiones.

Atentamente:.


Ana María Colina Barrios.