miércoles, 30 de noviembre de 2016

LAS HERIDAS DEL ALMA




Amarse a uno mismo es el principio de una historia de amor eterno. ~Oscar Wilde
Vivimos tan estresados, convulsionados, preocupados, que nos olvidamos de lo más importante, ser nosotros y realizar nuestros proyectos.
Todo esto es una cadena uniendo un eslabón tras otro, hasta que llega un momento donde no puedes más te sientes vulnerable, ya no es el castillo que habías imaginado, este comienza a desmoronarse y sale todo aquello que llevas guardado por años.
El rechazo
El abandono                   
La humillación
La Traición
La injusticia….
Todo eso junto sale a relucir cuando se ha llegado al límite máximo.
Mientras ese castillo estaba en construcción hacías caso omiso de todo  porque estaba la ilusión de lo que se construía, pero las cosas nunca son lo que parecen, y esos errores de no decir lo que sentías al momento, sino seguir tragando hasta que el cuerpo físico, emocional, espiritual, y mental dijeron basta.

Es el momento de recoger los trozos, esos añicos que han quedado para que resurja el nuevo ser que ha de nacer, con un cúmulo de experiencias vividas,  con la fortaleza de un roble, y la paciencia para hacer que las cosas sucedan de la mejor manera.
Empieza a agradecer de manera humilde, con sinceridad ve reconociendo todas tus limitaciones, allí empezará a sanar todo.

“Cuando ya no eres capaz de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos” Viktor Frankl


Leyenda hindú que nos ayuda a aceptar al prójimo tal cual  es, y por ende a aceptarte a ti mismo .
Cuenta una antigua leyenda oriental que la reina Malika paseaba por los jardines de palacio con su marido, el rey Kosala, durante un cálido atardecer.
El cielo estaba azul y el horizonte se apreciaba colores rosas y anaranjados.
Los sonidos de las aves y de la brisa del viento se tamizaban a través de las hojas de los árboles.
La pareja iba cogida del brazo cuando el rey le pregunto a Malika; ¿A quién amas más en este mundo? -suponiendo que diría a él -la reina se tomó su tiempo para contestar..., sabes querido -Le contestó- creo que “me amo más a mí misma”
El rey reflexionó, y le dijo que creía que también él se amaba más a sí mismo.
Malika había sido una de las primeras damas convertidas al budismo, y aunque su marido no era budista, respetaba sus creencias.
Así, ambos estuvieron de acuerdo en ir a visitar a Buda al día siguiente y pedirle su parecer.
“Amarse más a uno mismo, es el primer paso del camino, solo cuando lo practicas, eres capaz de amar plenamente a los demás, y cuando lo haces, también entiendes que los demás se amen más a sí mismos”
“El paso siguiente, es practicar, no sentirte ni superior ni inferior a los otros, después, podrás aprender a aceptar al otro tal como es, y a aceptarte a ti mismo tal como eres, no igual a los demás.

Abrazos energéticos de LUZ Y AMOR.





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