lunes, 28 de septiembre de 2015

VIVIR  LA  VIDA

“La vida no es más que una nube que pasa” Buda.
Si cuentas las historias sencillas,  la vida se tornará más alegre y feliz, si lo haces con ilusión, te darás cuenta que cambias la forma de pensar de los que nunca te han conocido y han juzgado tus acciones. Nadie sabe de tus sufrimientos, decepciones, adversidades, falsas quimeras, sueños, metas, etc., excepto tú ¿cómo vibra tu corazón de emoción?…si tú mismo nunca sabes lo que quieres
La felicidad no es el fin sino el medio para llegar al camino.
Vale la pena tener en cuenta una cosa que casi todos nosotros solemos hacer a menudo: Pensar que la vida va a ser como nosotros queremos, o “casi” como la hemos previsto a través de nuestros propósitos. Y no, esto no es malo,  pero hay que ser prudentes y asumir que cabe la posibilidad,  de que no consigamos absolutamente todo lo que ansiamos.
Debemos ser conscientes que nosotros somos  los únicos responsables de nuestras vidas, que mientras más nos conocemos, podemos conocer mejor a los otros.
Muchas veces nos preguntamos: ¿qué estamos haciendo con nuestras vidas, hacía dónde vamos? Debemos reflexionar y evaluar todo lo que estamos viviendo, ¿cómo sabemos si lo estamos haciendo mal? Haciendo un examen de conciencia y lograr entender las respuestas; porque al final somos lo que nosotros creamos, no lo que otros quieren que seamos.
No somos felices porque siempre estamos pensando en el pasado, la clave es vivir el aquí y el ahora. Si queremos ser felices debemos buscar dentro, no afuera porque luego nos decepcionamos.  ¡Hagamos que nuestra vida valga la pena!
¡Vive y deja vivir! Disfruta cada momento al máximo y lleno de plenitud.

Agradezcamos todos los días por cada de una de las cosas que nos suceden, eso es parte del crecimiento. Mi vida no es perfecta, pero agradezco por lo que tengo. La verdadera felicidad no está en conseguir todo lo que soñamos, sino en aprender también a ser felices con todo lo que hemos logrado, y también con  lo que hemos perdido  pero, es conveniente que comprendamos estas dimensiones, para afrontar cada uno de nuestros vacíos personales.

Avanza, adquiere conocimiento, perdona, crece y evoluciona,  e integra en tu vida todo lo que has aprendido. Porque no hay modo más enriquecedor de llenar esos vacíos que mediante el conocimiento.






sábado, 26 de septiembre de 2015


AVENTURAS CON EL ALMA Y PARA EL ALMA

Nunca dejen que el amor se convierta en rutina, hay que echarle agua al jardín para que las flores no se marchiten. “Chayanne”
¿Has sucumbido alguna vez a una verdadera aventura del alma?
Sólo amándonos a nosotros mismos podemos dar y sentir amor por los demás. “El amor no se mendiga, se regala”
Aunque muchas veces sea difícil de entender, debemos afianzar este sentimiento de amor y aceptación de nosotros mismos.  
Somos un ser espiritual en un cuerpo humano, aunque la mayor parte del tiempo nos percibamos conceptualmente como nada más que un cuerpo y nos identifiquemos con nuestros pensamientos, pasiones y posesiones. Aunque a veces nos sintamos solos y abandonados como si todo estuviera en nuestra contra, o tengamos que luchar para sobrevivir y lleguemos a un punto donde deseemos renunciar y desaparecer, aún con todo eso, somos un alma encarnada. Somos la expresión de una gota de conciencia en un cuerpo, no una mente pensante intentando dirigirlo; hemos venido a descubrirlo.

Hay un momento en el que la experiencia de renunciar abre la puerta.
Pedir disculpas es tan cotidiano como cometer errores.
Algunas veces pedir disculpas es la mejor manera de demostrar afecto y respeto por las personas.
Aunque a veces sintamos que no tenemos fuerzas para resistir, siempre habrá alguien que te demuestre que todos los días valen la pena vivirlos llenos de ilusión, alegría, felicidad y,  mucho amor.
No es fácil equilibrarnos cuando  no somos armónicos; debemos conocer nuestras limitaciones, y abrir nuestro corazón y nuestra sensibilidad para que la energía fluya.
Quererse y saberse querido hace que nos sintamos plenamente felices. Cuando nos queremos es fácil que los demás vean lo que irradiamos y por ende nos amen.
Todo lo que hagas que no sea por obligación, sino por amor.





viernes, 25 de septiembre de 2015


EL AGRADECIMIENTO



La vida me ha enseñado que la gente es amable si yo soy amable, qué las personas están tristes si estoy triste, qué todos me quieren si yo los quiero; qué todos son malos, si yo los odio; qué hay caras sonrientes si yo les sonrío; qué hay caras amargas, si estoy amargado; qué el mundo es feliz, si yo soy feliz; que la gente se enoja, si yo soy un energúmeno qué las personas son agradecidas, si yo soy agradecido
Cuando conocemos a muchas personas, con quiénes compartimos como alumnos y otras como maestros, vamos aprendiendo, logramos todo eso cuando nos conocemos y aceptamos qué todo en la vida trae sus lecciones.
¿Cómo puedo dar lo que no tengo dentro de mí? Ese es un tema muy denso, porque cada uno saca sus propias conclusiones a cerca del conocimiento que tengo sobre esto y como lo integro en mi vida.
Las mentiras qué más nos afectan no son las que nos dicen, sino las que vivimos.
Qué triste es descubrir una traición en  alguien en quien has puesto toda la confianza.
Vivir de manera auténtica, exige honestidad , respetarnos unos con los otros, y darnos cuenta que las cosas nunca son como parecen, por eso terminamos siendo víctimas de nuestros engaños, el fraude se vuelve contra nosotros mismos.
Es obvio que las mentiras más comunes de la vida cotidiana perjudican la autoestima.
La única traición imperdonable es la traición a uno mismo por engañarme, por la culpa que me permito sentir por no estar atendiendo a las expectativas ajenas.

Debemos dejar la necesidad de buscar la aprobación de otros.
“Juzgar a una persona no define quién es ella.. Define quien eres tú”.
Si queremos mejorar nuestra autoestima; es obvio que debemos tener claro  el grado en el que los individuos tienen sentimientos positivos o negativos y acerca del valor que se le da a la opinión de ellos, máxime aún cuando estamos sujetos a no ser objetivos.
La capacidad que tiene la persona de valorarse, amarse, apreciarse y aceptarse a sí mismo, el conjunto de actitudes la percepción y evaluación.
La autoestima está relacionada con muchas formas de conducta. Las personas con una autoestima elevada suelen presentar menos emociones agresivas, negativas y menos depresión que las personas con una autoestima baja, también al tener una autoestima elevada se puede manejar mejor el estrés y, cuando se exponen al mismo, se experimentan menos efectos negativos en la salud.

jueves, 24 de septiembre de 2015




No confundas mi personalidad con mi actitud, mi personalidad es quien soy, mi actitud depende de quién seas tú.
La incoherencia emocional se  da porque lo que pensamos,  decimos,  y hacemos no se corresponde con lo que en realidad queremos  pensar, sentir, y hacer.
Cada persona habla desde su propia perspectiva, escuchar las distintas versiones te ofrece un panorama más claro. El pensar diferente no nos convierte en enemigos.
No te mantengas atado a un pasado que no te deja avanzar.


EL ELEFANTE ENCADENADO
Por: Jorge Bucay

Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me
gustaba de los circos eran los animales. Me llamaba especialmente la
atención el elefante que, como más tarde supe, era también el animal preferido por otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales... Pero después de su actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba una de sus patas.
Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir.
El misterio sigue pareciéndome evidente.
¿Qué lo sujeta entonces?
¿Por qué no huye?
Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces a un maestro, un padre o un tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia: «Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?».
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo, olvidé el misterio del elefante y la estaca, y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho esa pregunta alguna vez.
Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta:
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.
Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento, el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él.
Imaginé que se dormía agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro...
Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede.
Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer.
Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo.
Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza...
Todos somos un poco como el elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos pensando que «no podemos» hacer montones de cosas, simplemente porque una vez, hace tiempo, cuando éramos pequeños, lo intentamos y no lo conseguimos. Hicimos entonces lo mismo que el elefante, y grabamos en nuestra memoria
este mensaje: No puedo, no puedo y nunca podré.
Hemos crecido llevando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y por eso nunca más volvimos a intentar liberarnos de la estaca.
Cuando, a veces, sentimos los grilletes y hacemos sonar las cadenas, miramos de reojo la estaca y pensamos:

No puedo y nunca podré.

martes, 22 de septiembre de 2015

¿Lees entre líneas…., guardas algo en el tintero?




   Recogiendo en la historia de las cosas que escribimos a diario, en nuestras vivencias o en las de los seres con los que compartimos.
   En la penumbra de la noche, pensando y analizando lo que a diario compartimos, vemos la cantidad de cosas que  se aprenden, las adversidades que pasamos; no alcanzan los días para agradecer todos y cada una de las experiencias que se viven, estando ante aprendizajes para el  crecimiento y evolución. Si tenemos sabiduría aplicamos correctamente el conocimiento.
   Cuando recordamos esa situación que creemos haber vivido, nos percatamos de las lecciones que aún nos faltan por aprender, aunque hayamos pasado por eso, si lo repetimos es porque esa lección no ha sido aprendida.
   Damos poco a poco parte de nuestras vivencias a los que han compartido y comparten con nosotros, aquellos a quienes hemos escuchado o nos escuchan… al encontrar tu camino, también encuentras tu propia historia, de este modo estas en perfecta armonía.
“La felicidad no es un sentimiento, es una decisión”
Asume tus miedos,
Conoce tus heridas.
Di lo que sientes.
Crea tus propios significados.
Acepta las consecuencias
De tus elecciones
Aléjate de lo que no te hace bien
Y así serás
Tu propia autoridad. “Mujer árbol”.

Si depositas tu responsabilidad en otros, a la larga te decepcionas. Una persona que conoce sus propios límites, nunca debería sentirse decepcionada, porque entiende que lo que el otro haga es parte del aprendizaje de su propio camino.
Necesitamos tiempo y espacio para valorar las cosas que tenemos. Así sabemos en realidad lo que queremos.
En la misma medida que soltamos cosas con las que no nos identificamos, nos vamos encontrando.
Hay facetas de nuestras vidas donde necesitamos encontrar nuestro camino.  No basta ser inteligente y buena persona, hay que amarse uno para poder ayudar a otros.
Cada ser humano tiene su forma de vivir, su temperamento y su carácter. Cada uno de nosotros es un mundo con ganas de llegar a la cima. Esta cima puede llamarse, felicidad, integración…, nada tiene que ver con los logros externos. Llegar a la cima es liberarnos de muchas actitudes y pensamientos de vida, dejando atrás todo aquello que no necesitamos. Sólo en la medida en que se trabaja para liberarse de impedimentos mentales y psicológicos que va apareciendo la vida tal cual es.
“Las personas que han reducido su ego y no tiene apegos y apasionamientos, acepta mejor todo lo que le sucede”.