viernes, 20 de mayo de 2016

LA JAULA QUEDÓ VACIA.




Qué triste saber que ya no estas… ¡y no vas a volver!
Una pajarita canaria como regalo. Al principio toda confundida donde la ubicaba que estuviese cómoda, al final logré dar su espacio. Ocupó un lugar importante en mi estancia. Cantaba, se arreglaba sus plumas y cuando hacía frío le extendía una manta sobre su jaula, para protegerla. En las mañanas cuando la escuchaba, era el momento de quitarle la manta y dejarla para que cogiera el sol mañanero.
Pasé unos cuantos sustos al no verla ni escucharla, pensaba que al limpiarle la jaula le había dejado la puerta mal cerrada y se había escapado, pues no, estaba allí…ya en el día de hoy no sucedió igual, cuando fui a verla, ya se había ido a otro plano.

Es duro despertar y salir a merodear los alrededores de la casa y no escuchar ese cantar que todos los días me regalabas para que despertara, con el más hermoso de los detalles, una invitación a saber que empezaba un nuevo día, ese canto era tan alegre que me sentía muy alegre, feliz.
No sé lo que sucedió... percibo e intuyo que pudo ser algún fallo en tus órganos, la única certeza que tengo, es has dejado un espacio vacío en tu jaula y en mi corazón, porque aprendí a quererte como mi compañera de vida, PAQUITA, la pajarita que me alegraba la vida todos los días, tan pequeña y qué grande el vacío que dejas.
Doy gracias a la que una vez fue mi mascota de compañía PAQUITA… Abandonó su jaula. 
Necesito recolocarme, sé que ya no estarás.





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