El DESAFIO INTERNO.
“Un camino de 1000 millas comienza por el primer paso"
Cuando descubras que la vida te ha traído cosas que no esperabas, o bien, que no te ha traído aquello que “sí esperabas”, no te rindas ni te vengas a bajo. Asume en primer lugar tu presente en todas sus dimensiones, con sufrimiento y dolor incluido. Llora si lo necesitas, enfádate si así lo quieres.
Vale la pena tener en cuenta una cosa que casi todos nosotros solemos hacer a menudo: Pensar que la vida va a ser como nosotros queremos, o “casi” como la hemos previsto a través de nuestros propósitos. Y no, esto no es malo, pero hay que ser prudentes y asumir que cabe la posibilidad, de que no consigamos absolutamente todo lo que ansiamos.
¿Quiere decir esto que estamos condenados irremediablemente a ser infelices? La verdadera felicidad no está en conseguir todo lo que soñamos, sino en aprender también a ser felices con todo lo que hemos logrado, y también con lo que hemos perdido pero, es conveniente que comprendamos estas dimensiones, estos pasos para afrontar cada uno de nuestros vacíos personales.
Nunca fuerces las cosas para que sean tal y como tú quieres, porque lo que harás, es acrecentar aún más el problema. Si tu pareja te ha dicho que no te ama, asúmelo, no te obsesiones. Si no has logrado ese puesto de trabajo, no estés lamentándote por dicho fracaso, tal vez sea hora de hacer cambios importantes y debes tomar otras medidas.
Acepta lo sucedido, comprende lo que ha ocurrido y, aunque te suene incomprensible, intenta agradecer el aprendizaje que has obtenido. Tal vez el dolor de ahora te sirva para no cometer el mismo error en el futuro, puede que ese vacío existencial te empuje ahora a buscar nuevas áreas en tu vida que te van a satisfacer realmente. ¿Por qué no intentarlo?
Avanza, adquiere conocimiento, perdona, crece y evoluciona, e integra en tu vida todo lo que has aprendido. Porque no hay modo más enriquecedor de llenar esos vacíos que mediante el conocimiento. Para sobrevivir en este mundo complejo, hay que mirar frente a frente a nuestros enemigos, hay que saber entenderlos, comprenderlos y aceptarlos. Es así como verdaderamente crecemos las personas, porque la tristeza o el dolor, no es un desecho que esconder en un rincón de nuestra alma, ni en la oscuridad de una habitación.
Todo vacío existencial tiene una forma, y hay que saber comprenderla para dejar escapar a ese lobo interno, y transitar con más seguridad sabiendo qué necesitamos. "Cuando algo termina, termina". Esta es la cuarta ley de la espiritualidad. Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.
Publicado por: CBAna María.
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