martes, 28 de abril de 2015

RESPONSABLE DE MI.

“Creo que la base del éxito de una persona es que logre sentirse totalmente responsable de su vida” (Jack Canfield).
“La felicidad se alcanza cuando lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace están en armonía”  (Ghandi).
Todo lo que hacemos en nuestras vidas, es el resultado directo de una idea que concebimos en nuestra mente primero. La materia prima de toda materialización es una idea, una necesidad que engendra un deseo. Sin una idea original que nos lleve a anticipar el resultado que deseamos, no nos es posible lograr absolutamente nada. Podemos materializar en nuestras vidas sólo lo que deseamos y vemos en el plano "invisible" de nuestra imaginación.
Cuando deseamos algo y nos consideramos capaces de lograrlo, experimentamos las más renovadoras emociones de entusiasmo, ánimo, alegría, anticipación, determinación... pasión. Nos sentimos capaces de todo... y mientras nos encontramos en medio de la euforia de esos sentimientos y energías somos capaces de todo. La diferencia entre la persona que logra sus sueños y la que no los logra está en la capacidad de permanecer motivada por la pasión que le confieren sus deseos y sueños.

Un sueño, cuando lo concebimos, es algo tan delicado y frágil, que para protegerlo lo metemos en  la burbuja en la que sólo nosotros podemos ver reflejado el arco iris, allí es necesario el silencio. ¿Por qué? ¿Recuerda la última vez que usted se acercó a un amigo a contarle una idea y en cuestión de unos minutos le hizo ver cuán descalabrada, poco práctica o ridícula era? El silencio, a su debido tiempo, es una valiosa protección.
El éxito, no es “soplar y hacer botellas” ni tampoco una suerte como ganar la lotería. Requiere de trabajo, esfuerzo, constancia y dedicación, entre otras cualidades. Cada uno de nosotros está donde está de acuerdo a sus merecimientos y esfuerzos.
Ningún triunfo nace de la nada, es preciso arremangarse y ponerse en acción. En ese periodo te esperarán muchos retos y obstáculos, tareas complicadas y otras cuestiones que nadie querría tener que enfrentar. También cosas que van a asustarte, que dejaran al límite tus fuerzas de continuar o te “seducirán” para desviarte de tu objetivo. Ante todo ello, tu capacidad reside en saber esperar, analizar, afrontar las situaciones y seguir adelante.
Tomar decisiones “inesperadas”: los proyectos van cambiando con el tiempo, sobre todo los que van en un camino correcto. Es normal entonces, que en ese período tengas que ir modificando las decisiones, ya que deberás adaptarte a las exigencias o tendencias nuevas, a lo que el mundo “pide” para lograr sobrevivir. Pero atención, que esto no significa dejar de lado tus valores o ideologías, simplemente, que a veces te verás obligado a cambiar el rumbo y tomar decisiones que nunca hubieras pensado que tomarías.
  

Fuente: María C. Siccardi.

Publicado por: CBAna María  

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