La calidad de vida de
una persona es directamente proporcional a su compromiso con la excelencia,
independientemente de su campo de actividad. ~Vince Lombardi.
Todas las batallas de
vida están para enseñarnos. Incluso aquellas que perdemos. Paulo Coelho.
Podemos fluir en la
vida, movernos con gracia, facilidad y
cadencia permanecer.
Todo deseo trae
incorporada la mecánica para su realización espontánea. El deseo es potencial
puro que busca manifestarse.
Cuando estamos tensos,
cuando prevemos los problemas, cuando nos esforzamos demasiado frenamos el
flujo de la naturaleza en su paso de lo
inmanifiesto a lo manifiesto. Deepak Chopra.
Cuantas veces
criticamos en el otro lo que no nos atrevemos a ver en nosotros.
Debemos ser realistas
cuando nos trazamos metas para lograr nuestros objetivos.
Relato sobre la
ambición y la calidad de vida
Un hombre de negocios
norteamericano estaba en el embarcadero de un pueblecito costero de México
cuando llegó una barca con un solo tripulante y varios atunes muy grandes.
El norteamericano
felicitó al mexicano por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo
había tardado en pescarlo. El mexicano replicó: Oh! Sólo un ratito. Entonces el
norteamericano le preguntó por qué no se había quedado más tiempo para coger
más peces. El mexicano dijo que ya tenía suficiente para las necesidades de su
familia.
El norteamericano
volvió a preguntar: ¿Y qué hace usted entonces con el resto de su tiempo?
El mexicano contestó: -
Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, duermo la siesta con mi
mujer, voy cada tarde al pueblo a tomar unas copas y a tocar la guitarra con
los amigos. Tengo una vida plena y ocupada, señor.
El norteamericano dijo
con tono burlón: - Soy un graduado de Harvard y le podría echar una mano.
Debería dedicar más tiempo a la pesca y con las ganancias comprarse una barca
más grande. Con los beneficios que le reportaría una barca más grande, podría
comprar varias barcas. Con el tiempo, podría hacerse con una flotilla de barcas
de pesca. En vez de vender su captura a un intermediado, se la podría vender al
mayorista; incluso podría llegar a tener su propia fábrica de conservas.
Controlaría el producto, el proceso industrial y la comercialización. Tendría
que irse de esta aldea y mudarse a Ciudad de México, luego a Los Ángeles y
finalmente a Nueva York, donde dirigiría su propia empresa en expansión.
- Pero señor, ¿cuánto
tiempo tardaría todo eso? - De quince a veinte años. - Y luego ¿qué?
El norteamericano soltó
una carcajada y dijo que eso era la mejor parte: - Cuando llegue el momento
oportuno, puede vender la empresa en bolsa y hacerse muy rico. Ganaría
millones.
- ¿Millones, señor? Y
luego ¿qué? - Luego se podría retirar. Irse a un pequeño pueblo costero donde
podría dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con sus nietos, hacer la
siesta con su mujer irse de paseo al pueblo por las tardes a tomar unas copas y
tocar la guitarra con sus amigos.
- Bueno, pero eso es lo
que hago ahora señor ¿Por qué tengo que esperar veinte años?
~Tony de Mello.
Abrazos energéticos de
LUZ Y AMOR.
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