Terminan las vacaciones y
empiezan las clases en los colegios.
Con todo ello regresa el
proceso de adaptación de la familia y los horarios.
El estrés del día a día,
algunas personas se ponen de mal humor, otras que al levantarse no se les puede
hablar, sólo quieren estar en silencio mientras se preparan para las jornadas
diarias.
Sabiendo que es un proceso
normal después de unas vacaciones, volver a las labores cotidianas, se genera
esa incomodidad durante el período de asimilación e integración.
Si se puede, hay que
empezar a ver todas las fortalezas que tienen y dejar de lado las debilidades.
Los niños que van por
primera vez al colegio, en algunos casos
tienen miedo por los cambios que puedan presentarse al inicio, y esto por ende
afecta a los padres.
Es una odisea para los
nuevos, los que ya están acostumbrados tienen esa emoción que generan por saber
quiénes serán sus profesores y compañeros de curso, sobre todo con los que han
tenidos discrepancias con algunos de ellos.
Debemos apoyarlos y
generar confianza para que ellos puedan
llevarlo con toda tranquilidad.
Hay que ir preparando los
horarios unos días antes de empezar, para levantarse más temprano que durante
el período vacacional, las horas de comida, de juegos y todas las actividades
que realicen deben ser adaptadas.
Los padres deben conversar
con los niños, que ellos comenten cómo se sienten en el colegio, el trato que reciben,
aupándoles, con optimismo para que se sientan entendidos.
Es importante tener claro
que así como ellos tienen tareas, también tienen derechos. Es bueno reforzarlos
con las felicitaciones, será un gran estímulo para que quieran asistir con más alegría
a clases.
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