Cuando decidí tomar las riendas de mi vida y caminar por los destinos que quisiera, sin molestar a otros, haciendo lo que me diera satisfacción alegría y felicidad, empecé a ver que todas aquellas personas que se acercaban a mi a profesarme su amistad no era tal como decían era solo un aprovecharse del momento y las circunstancias, porque ahora que ha pasado mucho tiempo y que he puesto todos lo puntos a las íes, ya no cuento con los que una vez eran mis amigos, compañeros o conocidos cercanos.
Esto me ha dejado claro que todos tenemos un avance constante que no estamos para agradar y hacer felices a otros, sino para valorarnos, querernos y amarnos y aquellos que vengan a nosotros es porque nos aceptan tal cual somos.
Disfrutar de cada momento como si fuera el último nos da una sensación de tranquilidad, paz y felicidad que no se compara con nada, esos momentazos que nos sacan la mejor sonrisa, el mejor chiste o la picardía más grande que hayas podido hacer.
Todos merecemos vivir en plenitud porque somos responsables de todo lo que nos sucede. Ya basta de vivir desde el enojo, victimismo, rencores, odio. Escucha esa voz interior que te dice: has todo el cambio que necesitas sin sentir remordimiento porque eres feliz!
Aunque hayas tenido momentos difíciles esto no fue un problema, al contrario, eso era lo que necesitabas para aprender a vivir y respirar con la certeza que todo ha sido lo mejor que te ha podido suceder.
Empieza a creer en ti para que saques esa luz que tienes dentro y conseguir todo lo que quieres.
Abrazos energéticos de LUZ y AMOR.
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