"Cuando la fruta está madura simplemente cae. Cuando el momento es apropiado, simplemente sucede"
.La manera en que percibimos la vida está totalmente condicionada por nuestros pensamientos, nuestras creencias, nuestros miedos, nuestras experiencias y nuestros deseos. Si queremos cambiar nuestra vida, primero debemos cambiar nuestra manera de interpretarla.
Constantemente vivimos haciendo cambios, queriendo mejorar nuestro entorno, eliminando lo que no necesitamos, buscando llenar vacíos con cosas que no necesitamos, pero deseando siempre reinventarnos.
Cuando nos damos cuenta que los cambios se deben hacer de adentro hacía afuera, es allí cuando comienza el dilema. Sentimientos encontrados, miedos, ira, odios,involucrando personas, sin tomar en cuenta, ¿qué es lo que verdaderamente queremos hacer?.
Siempre hay varias maneras de alcanzar nuestras metas, sentirnos plenos y realizados. Cuando algún aspecto de nuestra vida no nos gusta,cambiemos nuestro enfoque sobre él. Si siempre hacemos lo mismo, el resultado será el mismo.Cuando uno cambia la forma de ver las cosas, las mismas cosas cambian.
Tenemos el poder ahora de cambiar nuestra manera de pensar y de liberarnos del peso de nuestro pasado. Cada instante presente es una eternidad en sí mismo, llénala de posibilidades.
Las cosas, las personas y las situaciones, sólo tienen poder sobre nosotros en la medida en que les damos dicho poder.
Nunca es tarde para retomar la responsabilidad de nuestra vida y desarrollar nuestro pleno potencial.
Tan solo existen dos emociones: el amor, que es nuestra herencia natural y el miedo, un invento de nuestras mentes y que es ilusorio. Todos los instantes del día elegimos entre las dos emociones y nuestra elección determina el tipo de día que tenemos y el modo en que percibimos el mundo. Si enseñamos el miedo, la descripción de la realidad que aceptamos como propia estará llena de miedo.Además, "tener miedo está pasado de moda". ¡Atrévete a cambiar!
De la misma forma un mundo lleno de amor será nuestro cuando extendamos solamente amor.
Esto significa que el mundo no tiene que cambiar antes de que nosotros seamos felices, apacibles o cuidadosos con los demás. Lo único que tiene que cambiar es nuestra actitud. El cambio es posible, no obligatorio.
Fuente: Libro Reinventarse, Tu segunda oportunidad
Mario Alonso Puig.