Un día desperté pensando en todo lo que había por hacer, pero, en ese mismo momento llegó un flash a mis pensamientos queriendo ordenar ideas que tenía preconcebidas, era como hace un cambio general en todo lo que hasta ahora venía haciendo, fue en ese momento que empecé a pensar, sentir y actuar en consonancia con lo que me genera paz, alegría, bienestar.
Es reconfortante, agradable, sentir que en los días que te dedicas a ti con toda tranquilidad, nutres y enriqueces tu ser. Esto se debe hacer más a menudo, y lo vamos postergando hasta que no queda otra opción que dedicarte a darte todo lo que estás dando a los demás.
Ese relax que todos necesitamos para entrar en conexión nuevamente con el ser que estamos dejando de lado y es el más importante, el ¡YO SOY! Entiendo que no somos seres individuales sino qué nos complementamos unos con los otros.
Sencillamente, al abrir los ojos y darme cuenta que lo primero era agradecer porque aunque todo crujía en mi cuerpo, tengo alegría y ganas de vivir cada día, que detrás de todas las preocupaciones, dolores, malestares, rabietas, lo que había era un llamado de atención para saber que existo, que sea consciente de que mis alegrías, emociones, pesares, tristezas y dolores son cíclicos, por lo tanto no quedarme en eso, sino a cada día verle todo lo que trae como crecimiento.
Es de agradecer que he pasado por muchas situaciones que hoy en día me enseñaron a ver la vida de otra manera; con humildad, buen humor, mucha paciencia y en agradecimiento constante que nada es casualidad, sino causal y que eran parte del camino de vida que debía recorrer.
Abrazos energéticos de LUZ y AMOR