domingo, 14 de diciembre de 2014




Si vives satisfecho, tener más pierde importancia.
Mis tenencias y mis carencias determinan cuanto me costará la escalada, pero no deciden si llegaré a la cima.
La exploración de mis tenencias innatas a cierta insatisfacción debe conducirme a un trabajo más arduo conmigo mismo.
Cuando evoluciona tu consciencia te das cuenta de que eres el responsable de todo lo que te sucede en la vida. Al final del día Dios con profundo amor nos entregó esa libertad.
La vida es un camino a largo plazo, en la que unas veces somos alumnos y otra maestro; unas veces te toca enseñar y todos los días te toca aprender.
Las lecciones de vida nos ayudan a crecer, madurar y evolucionar.
Construimos casas más grandes… y familias cada vez más pequeñas. Compramos más y tenemos menos. Gastamos más pero disfrutamos menos. Habitamos en edificios más altos, con vidas poco profundas. Vamos por autopistas más amplias, con mentes más estrechas. Tenemos  comodidades pero vivimos más incómodos. Tenemos conocimientos pero menos sensatez. Más expertos y menos soluciones. Más medicinas y menos salud.
Son tiempos de comida rápida y digestión muy lenta. De casas fantásticas pero hogares rotos.
De enojarnos enseguida y de perdonar lento. De salir temprano y llegar siempre tarde. Levantamos la bandera de la igualdad, pero sostenemos la de los prejuicios.
Tenemos la libreta llena de teléfonos de amigos, a los que nunca llamamos. Los estantes de la biblioteca llena de libros, los cuales nunca leeremos.
Nos ganamos la vida pero no sabemos cómo vivirla. Poseemos cada vez más cosas y desperdiciamos casi todas.



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