En el día de hoy, los niños
esperan con ansias la llegada de los Reyes
Magos.
Previos a la llegada han hecho una carta a sus majestades: Melchor, Gaspar y Baltasar, con sus peticiones.
Esa magia que se vive, esa unión
familiar para agradar a nuestros pequeños es algo que no se borra de nuestra mente,
ver sus caras de felicidad, emoción, alegría, hasta nervios por saber que le
han dejado los Reyes.
Ellos que saben darnos felicidad
desde su inocencia, al hacer preguntas de ¿por dónde vienen, cuánto falta para
que lleguen, me habrán traído lo que les pedí?…en fin, son muchas las
interrogantes que se plantean antes de revisar sus regalos.
Esa magia invade a todos en el
hogar, porque entramos todos al juego: ver cómo se arman todos los juguetes, revisar
el libro de cuentos que quería, cómo se
instalan los programas, cómo se arman los puzzles, ayudarlos a montar la bicicleta, aprender a
jugar con el balón, o buscar los controles para hacer funcionar el avión, a todas estas terminamos todos cansados, pero felices, mientras que ellos
al día siguiente están felices, enérgicos y con ganas de jugar.
Aprovechemos cada uno de los
momentos que nos regala la vida al lado de nuestros pequeños, eso no se
recupera, son únicos.
Qué no se pierda esa tradición de
ver la cara de satisfacción, amemos a nuestros niños.
Qué tengamos unos felices REYES MAGOS!!!
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