Hablando de los hogares en estas vacaciones, salió un tema que nos sirve para reflexionar...
¿Tener casa, es lo mismo que construir un hogar? Sin lugar a dudas la respuesta es ¡NO! Una CASA es una construcción con paredes y techo, en cambio un HOGAR es un templo sagrado para todos los que allí habitan, es el refugio para instalarte y descansar, compartir, disfrutar, sentirte seguro, tranquilo y confiado. Ese nido que se ha cimentado sobre bases sólidas para acoger a todos sus integrantes hace que nos sintamos en un estado de confort, intimidad, allí se guardan todas nuestras emociones, porque lo hemos construido con mucho amor y respeto.
Debemos tener presente que un hogar cada uno desarrolla diferentes roles, por eso hay que aprender a delegar las funciones, pautar la convivencia para resolver los conflictos que se puedan presentar.
Aprender a gestionar el tiempo para compartir en familia es muy valioso esto nos enriquece, porque no es cantidad lo que se necesita sino que el tiempo que nos dedicamos a compartir sea de calidad.
Debemos aprender a dar prioridad dentro de los roles que desempeñamos cada uno en la vida, eso nos ayuda en la armonía, paz y tranquilidad.
Es importante que si tenemos hijos ayudarles, enseñarles porque la educación empieza en el hogar,
Ellos deben colaborar para mantener todo en orden para hacer la estancia más placentera.
La comunicación es imperante para que haya un equilibrio, así se puede saber que sienten o padecen los otros.
Hay momentos para todo dentro de un hogar que está bien conformado, con sus integrantes satisfechos por sentirse amados y comprendidos.
No hay mejor lugar para estar cómodo que el hogar.
Reconoce con orgullo que el trabajo en equipo por lograr un hogar, se lleva a cabo cuando todos ponemos de nuestra parte con habilidad, destrezas y mucha fortaleza.
Abrazos energéticos de LUZ y AMOR.
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