TODO LO QUE HE APRENDIDO, ME SIRVE PARA AVANZAR.

Al entrar en la segunda etapa de la vida, ya no tenemos tiempo para perder, debemos actuar de acuerdo a lo que nos apetece,  sin pararnos a pensar, vemos todo lo fuerte que hemos sido y en la misma medida también, como ha aflorado nuestra  fragilidad, en este momento somos los más importantes de nuestras vidas.

Gracias a todo lo que nos ocurre, mientras miramos en nuestro interior para ver todo el camino recorrido y seguir en la lucha por lo que queda para recorrer.

Es de gran mérito, detenerse a pensar por un rato, todo lo que hemos mejorado mientras subíamos la colina, lo que nos hizo ver que hay un antes y un después en cada circunstancia, proceso o trabajo de vida realizado.

Al realizar los cambios, salir de esa comodidad para adentrarnos en el mundo real, todo nos queda grande, no sabemos como reaccionar ante algunos acontecimientos, por otro lado adaptarnos a una nueva experiencia, que por mucha sabiduría e inteligencia que se ponga, no se encuentra el comienzo, menos logramos ver  donde puede acabar, por eso hay que mantenerse activos y con los proyectos claros.

Aceptamos responsabilidades con mucha gallardía, sobretodo porque nos corresponde actuar con conciencia, no para ser reconocidos, sino para consolidar el proyecto de vida que hemos asumido. Pasando por aceptar que lo que antes pensábamos y sentíamos, era algo tan superficial con lo que ahora vemos en realidad, tal vez sea porque al estar pasando a la segunda etapa de nuestras vidas como dije al principio, las máximas que tenemos ahora para seguir en la lucha cotidiana, son otras, se establecen prioridades y prela ante todo el prójimo, que es a quien por naturaleza debemos atender con calidad.  

Es sabido que estamos constantemente aprendiendo, pero la realidad es que cuando nos toca en esencia a cada uno, esa es la verdadera experiencia.

Si en algún momento de nuestras vidas, estuvimos absortos por el sistema, ahora nos damos cuenta de la nobleza y generosidad de todas aquellas personas que han actuado desde su corazón para que todos avancemos.

Todos los días tenemos un motivo por agradecer.

Abrazos energéticos de LUZ Y AMOR.