jueves, 30 de abril de 2015

APRENDER ES UN REGALO.

Todo aprendizaje tiene una base emocional.-Platón.


El hecho de ser seres emocionales y además ser inteligentes puede parecer bastante complicado. No obstante, esto depende en gran medida de cómo nos planteemos nuestro entrenamiento.
Cuando digo controlar las emociones, quiero decir las emociones realmente estresantes e incapacitantes. Sentir emociones es lo que hace a nuestra vida rica.-Daniel Goleman.
Nuestras emociones conforman nuestro carácter, nuestra forma de ser y cómo nos perciben los demás.
No existe ni un solo momento en nuestro día a día en el que estemos libres de emociones, aunque no sepamos identificarlas. Todo lo que aprendemos en nuestra vida está en parte determinado por nuestro estado emocional de base y lo que se origina.
Hay correlación cero entre coeficiente intelectual y empatía emocional. Están controlados por diferentes partes del cerebro.-Daniel Goleman.


No hay relación directa entre lo que entendemos por inteligencia académica y la inteligencia emocional. Una persona puede ser sumamente inteligente y haber destacado en la escuela pero, sin embargo, no destacar en su vida.
La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas las preguntas-Earl Gray Stevens.
Solo haciendo las mejores preguntas podremos obtener las mejores respuestas. Esto se determina en base a nuestra conciencia sobre lo que pensamos, decimos y hacemos de cara a los demás y a nosotros mismos.
Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación- Proverbio árabe.
Esta frase es una de las mejores definiciones de empatía que existen. Debemos de saber que la empatía es uno de los grandes pilares de la inteligencia emocional. Sentir como se sienten los demás y saber manejarlo es tan importante como el propio autoconocimiento.
Las emociones son contagiosas. Todos lo conocemos por experiencia. Después de un buen café con un amigo, te sientes bien. Cuando te toca un recepcionista mal educado en una tienda, te vas sintiéndote mal.-Daniel Goleman.
Podemos neutralizar nuestros sentidos pero no podemos ser capaces de escaparnos a nuestros sentimientos y emociones. Hagamos lo que hagamos nos sentiremos bien o mal en diferente grado, atendiendo a los distintos niveles de un mismo continuo de estado.
El cerebro emocional responde a un evento más rápidamente que el cerebro pensante.-Daniel Goleman.
Y eso es porque, como afirmó Blaise Pascal, “el corazón tiene razones que la razón no entiende”
No olvidemos que las pequeñas emociones son los grandes capitanes de nuestras vidas y las obedecemos sin darnos cuenta. Vincent Van Gogh.
Sentir y comprender el por qué, el cómo, el dónde, el cuándo y el qué podemos hacer es la única forma de dirigir nuestras vidas sin el perjuicio de que las emociones lo hagan por nosotros.
Cuida tus propias emociones y nunca las subestimes.-Robert Henri.
Las emociones son potentes armas de fuego que podemos utilizar a nuestro favor o contra nosotros.
Sé consciente de que en este momento estás creando. Estás creando tu próximo momento basado en lo que sientes y piensas. Eso es lo que es real.- Doc Childre.
Efectivamente, nuestra realidad presente se basa en cada segundo que pasa y se pasea ante nosotros conformando nuestro futuro.
Usa el dolor como una piedra en tu camino, no como una zona para acampar.-Alan Cohen.
Vacía tu interior de ausencias presentes, recoge la piedra y llévala hasta la próxima estación para que sepa que eres capaz de avanzar observándola. Por decirlo de una forma, hasta una patada es capaz de empujarnos hacia adelante. Es muy importante entender que la inteligencia emocional no es lo opuesto a la inteligencia, no es el triunfo del corazón sobre la cabeza, es la intersección de ambas.-David Caruso.
Lo cierto es que el corazón nos dice lo que es preciso hacer pero la razón nos avisa de lo que debemos evitar y nos ayuda a comprendernos. Que corazón y razón congenien es nuestra mayor aspiración.
La diferencia esencial entre emociones y razón es que la emoción lleva a la acción mientras que la razón lleva a conclusiones.-Donald Calne.
Sentir nos ayuda a ponernos en marcha mientras elaboramos cómo es mejor hacerlo. De ahí que conocernos profundamente en ambos aspectos favorece que seamos más eficaces a la hora de tomar decisiones y de dirigir nuestra vida.
Como seres humanos, todos queremos ser felices y estar libres de la desgracia, todos hemos aprendido que la llave de la felicidad es la paz interna. Los mayores obstáculos para la paz interna son las emociones perturbadoras como el odio, apego, miedo y suspicacia, mientras que el amor y la compasión son las fuentes de la paz y la felicidad.-Dalai Lama.
Hay emociones sanas y emociones insanas, emociones que nos capacitan y emociones que nos incapacitan. Debemos de dar la bienvenida a la alegría, la tristeza, la sorpresa o el enfado mientras que debemos evitar la ira, la venganza, el odio o la depresión.
La verdadera compasión no significa solo sentir el dolor de otra persona, sino estar motivado a eliminarlo.-Daniel Goleman.
Nuestro corazón no da cabida a la opción de permitir que otros se sientan mal, en la medida de lo posible tenemos que intentar evitar todo el sufrimiento del que seamos conscientes.








miércoles, 29 de abril de 2015

El DESAFIO INTERNO.




“Un camino de 1000 millas comienza por el primer paso"
Cuando descubras que la vida te ha traído cosas que no esperabas, o bien, que no te ha traído aquello que “sí esperabas”, no te rindas ni te vengas a bajo. Asume en primer lugar tu presente en todas sus dimensiones, con sufrimiento y dolor incluido. Llora si lo necesitas, enfádate si así lo quieres.
Vale la pena tener en cuenta una cosa que casi todos nosotros solemos hacer a menudo: Pensar que la vida va a ser como nosotros queremos, o “casi” como la hemos previsto a través de nuestros propósitos. Y no, esto no es malo,  pero hay que ser prudentes y asumir que cabe la posibilidad,  de que no consigamos absolutamente todo lo que ansiamos.
¿Quiere decir esto que estamos condenados irremediablemente a ser infelices? La verdadera felicidad no está en conseguir todo lo que soñamos, sino en aprender también a ser felices con todo lo que hemos logrado, y también con  lo que hemos perdido  pero,   es conveniente que comprendamos estas dimensiones, estos pasos para afrontar cada uno de nuestros vacíos personales.
Nunca fuerces las cosas para que sean tal y como tú quieres, porque lo que harás, es acrecentar  aún más el problema. Si tu pareja te ha dicho que no te ama, asúmelo, no te obsesiones. Si no has logrado ese puesto de trabajo, no estés lamentándote por dicho fracaso, tal vez sea hora de hacer cambios importantes y debes tomar otras medidas.
Acepta lo sucedido, comprende lo que ha ocurrido y, aunque te suene incomprensible, intenta agradecer el aprendizaje que has obtenido. Tal vez el dolor de ahora te sirva para no cometer el mismo error en el futuro, puede que ese vacío existencial te empuje ahora a buscar nuevas áreas en tu vida que te van a satisfacer realmente. ¿Por qué no intentarlo?
Avanza, adquiere conocimiento, perdona, crece y evoluciona,  e integra en tu vida todo lo que has aprendido. Porque no hay modo más enriquecedor de llenar esos vacíos que mediante el conocimiento. Para sobrevivir en este mundo complejo, hay que mirar frente a frente a nuestros enemigos, hay que saber entenderlos, comprenderlos y aceptarlos. Es así como verdaderamente crecemos las personas, porque la tristeza o el dolor, no es un desecho que esconder en un rincón de nuestra alma, ni en la oscuridad de una habitación.
Todo vacío existencial tiene una forma, y hay que saber comprenderla para dejar escapar a ese lobo interno, y transitar con más seguridad sabiendo qué necesitamos. "Cuando algo termina, termina". Esta es la cuarta ley de la espiritualidad. Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.

Publicado por: CBAna María.




martes, 28 de abril de 2015

RESPONSABLE DE MI.

“Creo que la base del éxito de una persona es que logre sentirse totalmente responsable de su vida” (Jack Canfield).
“La felicidad se alcanza cuando lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace están en armonía”  (Ghandi).
Todo lo que hacemos en nuestras vidas, es el resultado directo de una idea que concebimos en nuestra mente primero. La materia prima de toda materialización es una idea, una necesidad que engendra un deseo. Sin una idea original que nos lleve a anticipar el resultado que deseamos, no nos es posible lograr absolutamente nada. Podemos materializar en nuestras vidas sólo lo que deseamos y vemos en el plano "invisible" de nuestra imaginación.
Cuando deseamos algo y nos consideramos capaces de lograrlo, experimentamos las más renovadoras emociones de entusiasmo, ánimo, alegría, anticipación, determinación... pasión. Nos sentimos capaces de todo... y mientras nos encontramos en medio de la euforia de esos sentimientos y energías somos capaces de todo. La diferencia entre la persona que logra sus sueños y la que no los logra está en la capacidad de permanecer motivada por la pasión que le confieren sus deseos y sueños.

Un sueño, cuando lo concebimos, es algo tan delicado y frágil, que para protegerlo lo metemos en  la burbuja en la que sólo nosotros podemos ver reflejado el arco iris, allí es necesario el silencio. ¿Por qué? ¿Recuerda la última vez que usted se acercó a un amigo a contarle una idea y en cuestión de unos minutos le hizo ver cuán descalabrada, poco práctica o ridícula era? El silencio, a su debido tiempo, es una valiosa protección.
El éxito, no es “soplar y hacer botellas” ni tampoco una suerte como ganar la lotería. Requiere de trabajo, esfuerzo, constancia y dedicación, entre otras cualidades. Cada uno de nosotros está donde está de acuerdo a sus merecimientos y esfuerzos.
Ningún triunfo nace de la nada, es preciso arremangarse y ponerse en acción. En ese periodo te esperarán muchos retos y obstáculos, tareas complicadas y otras cuestiones que nadie querría tener que enfrentar. También cosas que van a asustarte, que dejaran al límite tus fuerzas de continuar o te “seducirán” para desviarte de tu objetivo. Ante todo ello, tu capacidad reside en saber esperar, analizar, afrontar las situaciones y seguir adelante.
Tomar decisiones “inesperadas”: los proyectos van cambiando con el tiempo, sobre todo los que van en un camino correcto. Es normal entonces, que en ese período tengas que ir modificando las decisiones, ya que deberás adaptarte a las exigencias o tendencias nuevas, a lo que el mundo “pide” para lograr sobrevivir. Pero atención, que esto no significa dejar de lado tus valores o ideologías, simplemente, que a veces te verás obligado a cambiar el rumbo y tomar decisiones que nunca hubieras pensado que tomarías.
  

Fuente: María C. Siccardi.

Publicado por: CBAna María  

lunes, 19 de enero de 2015

PARA REFLEXIONAR.



Nuestra alma elige los padres y las circunstancias de nacimiento por razones muy precisas. Venimos a experimentar una serie de vivencias para sanar una serie de heridas y así integrar la personalidad con el alma. Venimos a aprender a aceptar y amar incondicionalmente partes de nosotros que hasta ahora han vivido ignoradas y con miedo. Somos atraídos hacia padres con heridas como las nuestras para recordarnos qué hemos venido a amar.
Aprender a aceptar nuestras heridas es aprender a ser responsables y a amarnos incondicionalmente, y esa es la llave para la transformación y la sanación del alma.
¿Te has dado cuenta que cuando acusas a alguien de algo, esa persona te acusa a ti de lo mismo? Verifícalo con la otra persona y aparte de sorprenderte, verás cómo te liberas de juicios.
No aceptar nuestra herida, sentirnos culpables, con vergüenza o juzgarnos, es atraer circunstancias y personas que nos harán sentir esa herida no aceptada. Aceptar la herida no significa que sea nuestra preferencia tenerla; significa que, como seres espirituales que elegimos vivir la experiencia humana para espiritualizar la materia, nos permitimos experimentar esa herida sin juzgarnos y aprender de la experiencia. Mientras haya miedo, hay herida y hay un juicio o creencia que bloquea su sanación. Cuando aprendemos a aceptar nuestras heridas estamos desarrollando el amor y estamos espiritualizando la materia.
La sanación se produce totalmente cuando nos aceptamos a nosotros. El perdón hacia uno mismo es lo que finalmente nos sana y para eso hay que aceptar que uno mismo es responsable de todo lo que le ocurre y aceptar que ha acusado a otros de hacer lo que uno mismo hace a los demás. En el fondo, todos somos humanos y aceptar nuestras limitaciones es lo que nos hace humildes y nos permite descubrir nuestra herencia divina.
Las cinco heridas del alma más comunes son:
- El rechazo
- El abandono
- La humillación
- La traición
- La injusticia
No necesariamente tenemos las cinco heridas. Con humildad y sinceridad cada cual puede reconocer sus heridas. Reconocer nuestra limitación humana es el primer paso en el proceso de sanación. Si nos cuesta identificar nuestras heridas es porque nos ocultamos tras una máscara, que se construyó para no ver ni sentir esa herida.

-Resumen del libro de Lise Burbeau.

 Las cinco heridas del alma.
(A través de Tierra de Chamanes)

miércoles, 14 de enero de 2015

LA RESILIENCIA




La resiliencia es una característica que puede aparecer como producto de una interacción positiva entre el componente personal y ambiental de un individuo pero también como una forma para poder responder ante situaciones de conflicto.
Los dones que se le otorgan a las personas son grandes, y por tanto existe garantía del éxito, pero todo depende de las cualidades personales, sociales y el estilo con que las pruebas vayan adquiriendo valor .
Sin embargo la vasta variedad de información que se suministra, tanto positiva como negativa, puede hacer que la persona se vea así misma de una manera más clara de la forma en que se percibía antes de someterse a las pruebas difíciles de su vida.
Es claro que la resiliencia no se desarrolla en todos los individuos de la misma forma y que cada uno tiene diversas maneras de desenvolverse y adquirir capacidades para superar sus problemas que según Kolb (1973) por lo cual es necesario dejar claro que cada cual forma sus capacidades y elige como desarrollarlas.

La resiliencia es un tema que se ha tocado mucho en estos últimos tiempos, aportándonos una  capacidad que nos permite enfrentar las crisis o situaciones potencialmente traumáticas y salir fortalecidos de ellas. Esto implica reestructurar nuestros recursos psicológicos en función de las nuevas circunstancias y de nuestras necesidades. De esta manera, las personas resilientes no solo son capaces de sobreponerse a las adversidades que les ha tocado vivir, sino que van un paso más allá y utilizan esas situaciones para crecer y desarrollar al máximo su potencial.

No aceptar nuestra herida, sentirnos culpables, con vergüenza o juzgarnos, es atraer circunstancias y personas que nos harán sentir esa herida no aceptada. Aceptar la herida no significa que sea nuestra preferencia tenerla; significa que, como seres espirituales que elegimos vivir la experiencia humana para espiritualizar la materia, nos permitimos experimentar esa herida sin juzgarnos y aprender de la experiencia. Mientras haya miedo, hay herida y hay un juicio o creencia que bloquea su sanación. Cuando aprendemos a aceptar nuestras heridas estamos desarrollando el amor y estamos espiritualizando la materia. La sanación se produce totalmente cuando nos aceptamos a nosotros. El perdón hacia uno mismo es lo que finalmente nos sana y para eso hay que aceptar que uno mismo es responsable de todo lo que le ocurre y aceptar que ha acusado a otros de hacer lo que uno mismo hace a los demás. En el fondo, todos somos humanos y aceptar nuestras limitaciones es lo que nos hace humildes y nos permite descubrir nuestra herencia divina.
No existe una vida dura, sino momentos difíciles. Y no se trata de una simple disquisición terminológica, sino de una manera diferente y más optimista de ver el mundo ya que son conscientes de que después de la tormenta llega la calma. De hecho, estas personas a menudo sorprenden por su buen humor y nos hacen preguntarnos cómo es posible que, después de todo lo que han pasado, puedan enfrentar la vida con una sonrisa en los labios.
Esto  no es una cualidad innata, no está impresa en nuestros genes, aunque sí puede haber una tendencia genética a predisponer o tener un “buen carácter”. Todos lo podemos desarrollar a lo largo de la vida.  Hay personas que son resilientes porque han tenido en sus padres o en alguien cercano un modelo  a seguir, mientras que otras han encontrado el camino por sí solas. Esto nos indica que todos lo podemos ser,  siempre y cuando cambiemos algunos de nuestros hábitos y creencias.
De hecho, las personas resilientes no nacen, se hacen, lo cual significa que han tenido que luchar contra situaciones adversas o que han probado varias veces el sabor del fracaso y no se han dado por vencidas. Al encontrarse al borde del abismo, han dado lo mejor de sí y han desarrollado las habilidades necesarias para enfrentar los diferentes retos de la vida.
Se rodean de personas que tienen una actitud positiva, saben cultivar sus amistades, generalmente se rodean de personas que mantienen una actitud positiva ante la vida y evitan a aquellos que se comportan como vampiros emocionales. De esta forma, logran crear una sólida red de apoyo que les puede sostener en los momentos más difíciles.

Fuente: Kolb, C. L. (1973). Resiliencia . Psiquiatría Clínica Moderna . México: La Prensa Médica Mexicana . 
               
Publicado por: CBAna María.