La gente de hoy cree que es emocionalmente
independiente. Lo triste, es que la mayoría de ellos están totalmente
equivocados, principalmente porque asocian las emociones y la libertad o la
independencia, con la satisfacción de realizar actividades, que ellos creen que
han decidido realizar. A veces creemos que somos independientes emocionalmente,
pero lo que ha ocurrido es que otras personas (consciente o inconscientemente)
nos han inducido a tomar ciertas decisiones. Tenemos control sobre nuestra
vida, y nuestras emociones. Esto, principalmente porque la independencia total
nos puede ayudar a ser los verdaderos dueños de nuestro destino, y a liberarnos
de las ataduras. Cuando estamos emocionalmente atados a algo o a alguien tendemos
a racionalizar todas las decisiones que tomamos, e intentamos convertirlas en algo
razonable. Buscamos excusas o justificaciones que nos lleven a determinar por
qué no somos independientes. Todo ocurre bajo un nivel de autoengaño que pasa
tan desapercibido, que algunas personas sencillamente no lo notan durante toda
su vida. Si no te propones ser independiente emocionalmente, te verás en
problemas cuando quieras ser feliz y las condiciones hayan cambiado.
¿Cómo lograr la
independencia emocional? Sólo significa que la elaboración más apoyo de dentro
de ti mismo y practicar una especie de “self-healing” de modo que usted no es
totalmente dependiente de otra persona para liberarse de sus luchas
emocionales. Además, significa que no dejamos que las situaciones de la vida
determinan nuestro estado de ánimo sobre una base regular. Todos sabemos que la
vida no es un lecho de rosas, pero la aceptación de este hecho y tratar con él
es más fácil decirlo que hacerlo. Llegamos a ser verdaderamente independiente
emocionalmente cuando nuestra actitud y perspectiva a situaciones que no están
influenciados por factores externos. Vamos a explorar algunas de nuestras
debilidades inherentes emocionales que nos ayudarán a ser emocionalmente
independiente.
El intentar adaptarse al otro y conseguirlo en algunas
ocasiones, les hace sentir bien a las personas con dependencia emocional por
haber conseguido satisfacer a la otra persona en alguna cosa.
Se sienten bien también por ell@s mismas, ya que han
logrado de nuevo evitar una pérdida de esa persona. Pero a la vez se van
sintiendo cada vez peor, ya que han renunciado y siguen renunciando a sus
sueños, a sus ilusiones y han puesto toda su felicidad en que el otro sea
feliz, ya que se supone que siendo él feliz, ella se sentirá así de bien
automáticamente. Le transmite al otro tanta responsabilidad sobre sus propios
sentimientos y sobre su felicidad, que lo expresa incluso, inconscientemente o
por hábito, en su lenguaje. Atribuye al otro sus sentimientos positivos: “me
haces tan feliz”, “me haces subir al cielo”, “antes de conocerte era tan infeliz”,
y también atribuyen al otro sus sentimientos negativos: “me haces sentir tan
triste”, “me irritas”, etc.
A la larga, estas personas se encuentran muy mal en sus
vidas. Aunque llevan tiempo intentando adaptarse al otro, aunque consigan un
hogar con paz y armonía, aunque sigan estando con la persona que deseaban, no
se sienten bien, no se sienten felices. Según su pensamiento, se supone que eso
sería lo que les haría sentirse felices. En algunos casos, ya lo tienen, pero
no les hace sentirse felices.
A lo largo de su vida y de su relación, han ido
renunciando a tantas cosas, materiales y, sobre todo, personales, que a veces
ni siquiera saben quienes son. Cada vez titubean más a la hora de tomar una
decisión, son personas más inseguras, que necesita que la otra persona le diga
si lo que han pensado o hecho está bien o no y, además, se sienten vacías por
dentro. ¿Qué han hecho en su vida?
¿Qué les queda de todos sus esfuerzos?
Incluso en algunas personas, aparte de ese malestar y
ese sufrimiento interno, puede haber ocurrido que de tanto querer adaptarse, la
pareja ya no vea en ellas a la persona que conoció y las cualidades de las que
se enamoró. Y puede ser que sus esfuerzos porque el otro le quiera, y por
evitar perderle, consigan exactamente lo contrario de lo que ella quería, y es
que el otro se aleje de ella, y se confirmen todos sus miedos., además también
puede haber ocurrido que la pareja se haya acostumbrado a ser más directiva de
lo que originalmente era. Pero esta dependencia emocional y esta necesidad de
aprobación, también tiene aparentes ventajas, que precisamente son parte de lo
que ayuda a que se mantenga. Una de las ventajas más importantes es que al
dejar que sea la opinión del otro la mejor, coloca la responsabilidad de sus
sentimientos y de sus comportamientos en los demás, ya que si ellos no te
tratarán así, o si ellos no te dijeran, o si ellos te dijeran… tú lo harías de
otra forma. Al responsabilizar a los demás, la persona con alta dependencia
emocional no tiene que cambiar de comportamiento, ya que en su cabeza está que
son los demás los que deben cambiar y no él/ella. Aunque muy en el fondo, sabe
que algo podría hacer él/ella para modificar la situación, pero el miedo que
siente a mostrarse como realmente es, es muy grande. Tiene miedo a los
conflictos, miedo a perder a esa persona a la que quiere tanto… Cada día es una
persona con más miedos, ya que al evitar enfrentarse a sus miedos, estos cada
vez son más grandes.
Muchos problemas psicológicos (ansiedad, depresión,
reacciones psicosomáticas) tienen su origen en la Dependencia Emocional que esa
persona tiene hacia otra.
Fuente: Gema Despierto
Psicóloga
Chopra Depàk
Sincrodestino
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