jueves, 7 de mayo de 2015

EL RIESGO DE EVOLUCIONAR


Si alguna vez sientes que ya estuviste aquí,
alégrate, tu alma está recordando lo que fue.
Si alguna vez sientes que alguien te susurra al oído,
no te des la vuelta, no habrá nadie, solo será la voz de tu interior.
Si alguna vez percibes una fragancia y no ves la flor,
sonríe, todo lo viejo está  terminando.
Si de vez en cuando tambaleas más de lo que caminas,
no te aflijas, tu antiguo camino se está rompiendo.
Si de vez en cuando miras y no ves nada,
ten  paciencia, tu nuevo rumbo se está construyendo.
Si de vez en cuando percibes que existe otra realidad,
No  cierres tus ojos, el universo se muestra ante ti.
Si con frecuencia solo vez oscuridad,
Mira  bien a tu alrededor, hay más luz de lo que imaginas.
Si con frecuencia buscas más de lo que encuentras,
No desesperes, estás comenzando a encontrar.
Si con frecuencia empiezas a dudar,
No te preocupes, una nueva tierra está naciendo.
Si tu mundo se ha derrumbado, no temas ,  llénate de esperanza.
Para renacer tienes que morir y para morir tienes que dejarlo todo , tu sabiduría , tus logros y tus propias experiencias.
Debemos nacer de nuevo todos los días, mirando  la vida con la inocencia y el entusiasmo de la infancia.
Permitamos que tome un poco las riendas de nuestra existencia;  ese niño sabe que un día es diferente de otro.
Hagamos que se vuelva a sentir amado. Hagamos que se sienta bien, aunque eso signifique obrar de una manera a la que no estamos acostumbrados, aunque parezca estupidez a los ojos de los demás.
Si escuchamos al niño que tenemos en el alma, nuestros ojos volverán a brillar. Si no perdemos el contacto con ese niño, mantenemos  el contacto con la vida


Existen momentos en los que todavía es necesario correr riesgos, dar pasos insensatos; sentirnos felices, amados, en plenitud, que es una realidad de nuestra vida.
Porque, en la vida real,  el amor necesita ser posible, incluso aunque no haya una retribución inmediata, el amor sólo consigue sobrevivir cuando existe la esperanza, por lejana que sea de que conquistaremos a la persona amada.
Quien puede dominar su corazón, puede conquistar el mundo.
Sé que el amor es como las presas: si se deja una brecha por donde pueda meterse un hilo de agua, en seguida empieza a destruir las paredes. Llega un momento en que ya nadie puede controlar la fuerza de la corriente.
Si las paredes se desmoronan, el amor se encarga de todo; ya no importa qué es posible y qué imposible, ya no importa si podemos o no mantener a la persona amada a nuestro lado: amar es perder el control.

Paulo Coelho
Publicado por CB Ana María.

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