Cuando agredimos, o nos sentimos agredidos , es porque te atribuyes culpa, por formularte ideas desde el dolor, te atacas porque sufres, pero todo esto tiene que ver como planteas tu realidad.
Hay momentos donde estás tan aislados o en estado de resistencia constante, que no puedes ver; qué hay detrás de todo lo que sucede: tal vez buscas aprobación, sin saber que todo viene de las limitaciones mentales que tenemos.
Cuando estás haciendo las cosas que te agradan, y te generan felicidad, no buscas la aprobación de los otros, porque en ese momento todo lo de afuera no tiene importancia, solo la que tú le das, porque las ideas de otros no tienen ningún significado, nosotros somos los que nos afectamos con las opiniones de otros.
Al tratar de sacar el balance de tu diario vivir, te das cuenta que es mejor dejar que todo suceda en la misma medida que viene, que nada sucede por casualidad, sino por causalidad, que en cada parte todos tenemos una cuota de responsabilidad, solo en la medida que tomemos conciencia de lo que hacemos, porque la vida es un continuo aprendizaje.
La realidad de la vida no es lo que otros te hacen creer, nada es lo que parece. Al proyectarte sobre un mundo falso solo ves tus proyecciones, desde los deseos, te creas una falsa ilusión, justificando todo, distorsionando lo que está realmente allí.
Las pequeñas cosas son las que nos generan mayor satisfacción, pero sin embargo no somos capaces de verlos y sentirlos.
Escucha y observa de manera natural todo lo que te rodea, sin emitir juicios, opiniones, todo es perfecto dentro de las experiencias que necesitamos para crecer.
Celebra la vida en presente, no te ancles en el pasado, simplemente, cada instante trae una lección.
Abrazos energéticos de LUZ y AMOR.
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