domingo, 18 de octubre de 2015

ETAPAS DE VIDA




Todos los seres tenemos la capacidad para identificar nuestro propio estado emocional y gestionarlo como creamos conveniente. Somos flancos de críticas cuando las personas que nos rodean no son lo que los demás quieren que sean, pasando a ser catalogados como poco inteligentes por no haber sabido escoger a quiénes creían sería oportuno elegir. La inteligencia emocional: es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental. Ellas configuran rasgos de carácter como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, que resultan indispensables para una buena y creativa adaptación social. Daniel Goleman.
La inteligencia: es una de nuestras posesiones más preciadas, sin embargo, los psicólogos y demás estudiosos, no se han puesto de acuerdo en definirla; a diferencia del peso, la estatura o la edad a la inteligencia no se le puede medir directamente o mirar al interior de la cabeza de una persona y observar y medir su inteligencia. Sólo se puede evaluar la inteligencia de una persona de manera indirecta, evaluando los actos inteligentes que realiza.
Inteligencia Sexual: La sexualidad siempre nos ha parecido algo más bien ligado a los instintos que a la inteligencia  Las personas menos inteligentes sexualmente sufren mucho dolor y confusión en su vida sexual, afirman Sheree Conrad y Michael  Milburn, ellos son la pareja de psicólogos, profesores e investigadores de la Universidad de Massachussets-EUA, que el año 2002, introducen un nuevo concepto y lo publican en su libro Inteligencia sexual. Para ellos la dimensión erótica de cada persona está determinada por su coeficiente de inteligencia sexual, esto es algo a lo que todo el mundo puede aspirar razonablemente y trabajar para conseguirlo,  que constituye una parcela de nuestra capacidad intelectual, tan importante como la inteligencia emocional, descrita por el psicólogo Daniel Goleman y los otros nueve tipos de inteligencia lingüística, musical, naturalista, existencial, por mencionar algunas propuestos por Howard Gardner.
Inteligencia Social: según el psicólogo Edward Thorndike (1920)  la define como "la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas". El papel que cumplen las emociones en la vida cotidiana influye en la manera de aprender, establecer las metas personales, comunicarse con los demás, ordenar las prioridades y la percepción propia como individuos. La intensidad con que se "siente" una emoción lleva además a una experiencia que involucra la mente y el cuerpo.

Confianza, pena, amor, miedo, sorpresa, ansiedad, ira, son la raíz de las emociones, según los psicólogos  son una función de la evolución humana que permite resolver problemas, la protección de sí mismo y de la familia, sobrevivir ante una situación límite y procrear.
Todo influye en la manera de aprender, establecer las metas personales, comunicarse con los demás, ordenar las prioridades y la percepción propia como individuos. Una emoción lleva además a una experiencia que involucra la mente y el cuerpo.
Todos estos conceptos tienen su relevancia en el mismo momento que son llevados a cabo. Las emociones son sentimientos que usamos los seres humanos para comunicarnos. Esa sensibilidad la hacemos latente cuando tenemos frente a nosotros a los seres que amamos. A través de la historia, los seres humanos se han encargado de descubrir, medir e investigar la Inteligencia humana y las emociones. Es así como se logró llegar a un fin común en donde tanto la inteligencia racional como la emocional son determinantes en nuestro desempeño diario siendo importante el desarrollo de diferentes estrategias para promover al máximo los tipos de inteligencia, así como el reconocimiento que todo ser humano, independientemente de su edad puede expresar su inteligencia a través de distintas manifestaciones y no solo a través de calificaciones, escalas o evaluaciones.

 La importancia de la definición de Gardner:
Gardner destaca dos tipos de inteligencia personal: la interpersonal, que permite comprender a los demás, y la intrapersonal, que permite configurar una imagen fiel y verdadera de uno mismo. De forma más específica, y siguiendo el sendero abierto por Gardner, Peter Salovey ha organizado las inteligencias personales en cinco competencias principales: el conocimiento de las propias emociones, la capacidad de controlar estas últimas, la capacidad de motivarse uno mismo, el reconocimiento de las emociones ajenas y el control de las relaciones.  
Las habilidades emocionales no sólo nos hacen más humanos, sino que en muchas ocasiones constituyen una condición de base para el despliegue de otras habilidades que suelen asociarse al intelecto, como la toma de decisiones racionales. El propio Gardner ha dicho que en la vida cotidiana no existe nada más importante que la inteligencia intrapersonal, ya que a falta de ella, no acertaremos en la elección de la pareja con quien vamos a contraer matrimonio, en la elección del puesto de trabajo, etcétera.

Fuente: Inteligencias Múltiples
Howard Gardner
Inteligencia Emocional
Daniel Coleman

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