Lo que
los demás piensen de ti no es tu problema. “Paulo Coelho”
Es normal no llevarnos igual de bien con todos y que algunos
rasgos de personalidad o comportamientos no nos atraigan tanto. Hay personas
con las que simplemente no nos apetece relacionarnos. Pero cuando
experimentamos una fuerte reacción emocional sin ningún motivo suficientemente
razonable que lo justifique, es cuando se vuelve nocivo. Hay algo no resuelto
ahí que nuestro inconsciente está tratando de comunicarnos. No estamos exentos de pronunciar palabras que
no han sido mal dichas sino mal interpretadas, causando daño a quiénes se ven
reflejado en lo dicho, por eso debemos aprender, recapacitar y escuchar porque
las palabras pueden sanar, crear, pero también destruir. La vibración con la
que se dicen importa tanto como lo que digas. Uno simplemente puede usar
palabras y oraciones del lenguaje humano para influir sobre el ADN o
reprogramarlo.
En reiteradas oportunidades se ha hablado de ¿cómo duelen las
cosas dichas? dependiendo de quién las diga… Las palabras tienen su peso
específico. Eso lo vemos reflejado cuando hay una gran ira en una situación
donde se han dicho unas palabras que tienen un significado diferente dependiendo
del momento que estemos pasando, y de
quién las haya dicho.
Si fuésemos conscientes de que las palabras dichas afectan a
quienes se las decimos, pero también a nosotros y al mundo que nos rodea. Las
palabras poseen mucha energía. A. Einstein dijo que las palabras están
vinculadas energéticamente a nuestro pensamiento.
Muchas veces decimos o hacemos cosas desde la ira pero después
nos arrepentimos. “Habla sin controlar la ira y obtendrás el mejor discurso del
que podrás arrepentirte”. Ambrose Bierce.
No olvides que también existe la agresividad positiva. Por
ejemplo, si te sientes enfadado, puede ser un buen momento para practicar
deporte, así no solo te relajarás sino que probablemente notarás que tu
rendimiento mejora. Recuerda que la ira no es más que energía por lo que puedes
usarla a tu favor y canalizándola a través de una actividad de manera que te
resulte beneficiosa. Escribir
tiene un poder terapéutico por lo que puedes aprovecharlo para aprender a
controlar la ira. Plasma en papel todo aquello que te ha hecho enfadar, si fue una
persona revisa ¿qué te ha molestado de lo dicho o hecho?
No nos enseñan esto y lo cierto es que se pasa francamente
mal; se cuestionan muchas veces, ¿el porqué de esas palabras? Y es allí donde
comenzamos a cuestionarlo todo. Con el tiempo se aprende a distinguir que no
debemos tomar las cosas tan en serio, porque no es lo mismo palabras dichas por
personas allegadas qué cuando las dicen las
que no lo son. Las emociones son malas o buenas, todo depende de lo que
hacemos con ellas y cómo las canalizamos. Los parámetros con los cuales
juzgamos son verdaderamente nuestros, no los valores de los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dudas, información, consultas. Todo comentario fuera de lugar no será publicado.