viernes, 2 de octubre de 2015

PODER DE LA PALABRA

Lo que los demás piensen de ti no es tu problema. “Paulo Coelho”



 Es normal no llevarnos igual de bien con todos y que algunos rasgos de personalidad o comportamientos no nos atraigan tanto. Hay personas con las que simplemente no nos apetece relacionarnos. Pero cuando experimentamos una fuerte reacción emocional sin ningún motivo suficientemente razonable que lo justifique, es cuando se vuelve nocivo. Hay algo no resuelto ahí que nuestro inconsciente está tratando de comunicarnos.  No estamos exentos de pronunciar palabras que no han sido mal dichas sino mal interpretadas, causando daño a quiénes se ven reflejado en lo dicho, por eso debemos aprender, recapacitar y escuchar porque las palabras pueden sanar, crear, pero también destruir. La vibración con la que se dicen importa tanto como lo que digas. Uno simplemente puede usar palabras y oraciones del lenguaje humano para influir sobre el ADN o reprogramarlo.
En reiteradas oportunidades se ha hablado de ¿cómo duelen las cosas dichas? dependiendo de quién las diga… Las palabras tienen su peso específico. Eso lo vemos reflejado cuando hay una gran ira en una situación donde se han dicho unas palabras que tienen un significado diferente dependiendo del momento que estemos pasando,  y de quién las haya dicho.
Si fuésemos conscientes de que las palabras dichas afectan a quienes se las decimos, pero también a nosotros y al mundo que nos rodea. Las palabras poseen mucha energía. A. Einstein dijo que las palabras están vinculadas energéticamente a nuestro pensamiento.
Muchas veces decimos o hacemos cosas desde la ira pero después nos arrepentimos. “Habla sin controlar la ira y obtendrás el mejor discurso del que podrás arrepentirte”. Ambrose Bierce.
No olvides que también existe la agresividad positiva. Por ejemplo, si te sientes enfadado, puede ser un buen momento para practicar deporte, así no solo te relajarás sino que probablemente notarás que tu rendimiento mejora. Recuerda que la ira no es más que energía por lo que puedes usarla a tu favor y canalizándola a través de una actividad de manera que te resulte beneficiosa. Escribir tiene un poder terapéutico por lo que puedes aprovecharlo para aprender a controlar la ira. Plasma en papel todo aquello que te ha hecho enfadar, si fue una persona revisa ¿qué te ha molestado de lo  dicho o hecho?
No nos enseñan esto y lo cierto es que se pasa francamente mal; se cuestionan muchas veces, ¿el porqué de esas palabras? Y es allí donde comenzamos a cuestionarlo todo. Con el tiempo se aprende a distinguir que no debemos tomar las cosas tan en serio, porque no es lo mismo palabras dichas por personas allegadas qué cuando las dicen las  que no lo son. Las emociones son malas o buenas, todo depende de lo que hacemos con ellas y cómo las canalizamos. Los parámetros con los cuales juzgamos son verdaderamente nuestros, no los valores de los demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dudas, información, consultas. Todo comentario fuera de lugar no será publicado.