jueves, 7 de junio de 2012






Mediante la vinculación de los sonidos a los patrones de actividad cerebral, los científicos pueden estar en el camino para ayudarnos a escuchar los pensamientos de otras personas.

. Puede ser que algún día seamos capaces de oír los pensamientos de las personas que no pueden hablar, recurriendo a las señales eléctricas en el cerebro.
. El cerebro responde a los sonidos del habla con diferentes patrones únicos de actividad eléctrica.

Al observar sólo en los mapas de actividad eléctrica en el cerebro humano, los científicos fueron capaces de decir las palabras que una persona estaba escuchando. El descubrimiento es un paso importante para ser capaz de "escuchar" los pensamientos de las personas que no pueden hablar.

"Si alguien se paralizó por completo, o si el paciente quedó sin movimiento, pero el cerebro todavía está activo y pudiéramos entenderlo bastante bien, podríamos desarrollar dispositivos para tomar ventaja de eso y restablecer la comunicación", dijo Brian Pasley, un neurocientífico de la Universidad de California, Berkeley.

"Todavía es muy temprano", agregó. "Y un montón de trabajo todavía hay que hacer".

Durante décadas, los científicos han estado tratando de entender cómo el cerebro logra procesar sonidos audibles y extraer el significado abstracto de las palabras y frases. Como parte de ese esfuerzo, mucho trabajo en los animales ha ayudado a estrechar la búsqueda de las regiones cerebrales involucradas en escuchar y responder a los sonidos.

El nuevo trabajo representa un avance sustancial tanto en lo que sabemos sobre cómo el cerebro procesa el sonido y en las aplicaciones potenciales para las personas con discapacidad, dijo Jonathan Wolpaw, jefe del Laboratorio de la lesión neuronal y de reparación en el Estado de Nueva York Departamento de Wadsworth Salud Centro.

Al igual que los dispositivos que permiten a la gente a usar sus pensamientos para mover brazos robóticos, es posible que algún día interfaces cerebro-máquina le dan voz a las personas que la han perdido.

Sin embargo, muchos obstáculos permanecen delante. El nuevo estudio analizó sólo un número limitado de sonidos que componen el idioma Inglés, por ejemplo, y muchas palabras es probable que produzcan idénticas firmas eléctricas en el cerebro. El estudio también se centró sólo en cómo el cerebro oye los sonidos. La prueba adicional es necesario analizar si los patrones eléctricos son los mismos cuando la gente también se trata de decir o imaginar los sonidos.

Por ahora, el nuevo trabajo representa un avance importante y creciente que probablemente dará lugar a muchos más.

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