Ahora tus lágrimas pueden ser antibióticos.
Ahora tus lágrimas pueden ser utilizadas como antibióticos. |
En 1923, Alexander Fleming descubrió la lisozima cuando buscaba un tratamiento para la gangrena gaseosa que afectaba a los soldados combatientes; se dice que mucosidades procedentes de un estornudo, cayeron accidentalmente sobre una placa de Petri en donde crecía un cultivo bacteriano; días después las bacterias allí alojadas habían sido destruidas. Joshua Weitz, coautor del estudio, en la revista Physical Biology, apunta: "La actividad antibiótica de las enzimas líticas se conoce desde hace décadas, pero el estudio de su uso terapéutico es reciente".
El reto para los investigadores ha sido identificar las enzimas que resultan mejores 'asesinas de patógenos', por ello han desarrollado un método que permite la caracterización y cuantificación de cómo estas enzimas matan bacterias a un nivel microscópico. Este estudio propone que las enzimas que pueden actuar como antibióticos atacan a un tipo de bacterias muy específicas, como las Staphylococcus aureus lo que resulta fatal para los microbios debido a la alta presión interna generada sin alterar a las 'buenas bacterias', que conviven con el ser humano.
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