Su autoconciencia y capacidad de transmitir conocimientos fueron expuestos en cumbre científica.
Sólo un comentario anecdótico, dirá usted. Quizás no. Porque la ciencia parece estar acercándose cada vez más a reconocer estos cetáceos como "personas no humanas". En efecto, fue en la cumbre anual de la Sociedad Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), la más importante de su tipo y que se realiza en Vancouver (Canadá), donde la comunidad científica escuchó los estudios que describen las complejidades en el comportamiento de los delfines. Complejidades que hacen referencia a una gran inteligencia, a la conciencia sobre el dolor físico y emocional, y la capacidad de elegir sus acciones.
Ya en enero de 2010, investigadores reunidos en Helsinki, Finlandia, habían dado el primer paso, cuando solicitaron que se los declarara como "personas no humanas", petición que ahora concitó consenso.
Vamos por parte. Las investigaciones sobre el comportamiento de los delfines datan de hace varios años, como una de 2006, que descubrió que estos mamíferos usan nombres propios: expertos de la U. de Saint Andrews (Escocia) trabajaron con delfines nariz de botella, grabaron sus silbidos, los sintetizaron en un PC y determinaron que usaban distintos tonos para distinguirse unos de otros.
Pero una de las más importantes se dio a conocer hace dos años. Lori Marino, académica de neurociencia y conducta biológica de la U. de Emory (EE.UU.) y una de las expositoras en la AAAS, utilizó imágenes de resonancia magnética para comprobar que los delfines tienen un cerebro más grande que los chimpancés y más pequeño que el humano, pero altamente sofisticado. "La neocorteza de los delfines, la parte más nueva del cerebro y responsable del pensamiento de orden superior, es más grande y sofisticada que la de los chimpancés. Esto nos dice que los delfines son pensadores complejos, muy inteligentes", dijo a La Tercera en esa oportunidad. No es todo. Su corteza cerebral, responsable de la resolución de problemas y una variedad de otras características asociadas a la inteligencia humana, es muy compleja. Según explicó Marino en la cumbre de la AAAS, en el cerebro de los delfines se han encontrado neuronas que en el hombre se han vinculado a las emociones, la cognición social y la capacidad de percibir lo que otros piensan.
"Los delfines poseen características como la autoconciencia, que antes se consideraba exclusiva de los humanos", dice.
Este último rasgo fue descubierto gracias a espejos. Investigadores del Acuario de Nueva York aplicaron marcas de colores en los cuerpos de dos ejemplares y luego los expusieron a espejos. Junto con reconocerse a sí mismos, los delfines inspeccionaron su cuerpo ante el espejo, aprendiendo rápidamente a usar esta herramienta.
Esta investigación fue realizada por la académica de la U. de Nueva York (EE.UU.) y también expositora en la AAAS Diane Reiss, quien, en otro estudio, demostró que los delfines tienen la habilidad de aprender un idioma rudimentario basado en símbolos y son capaces de transmitir conocimientos a sus pares: un delfín que fue entrenado a desplazarse sobre su cola y luego puesto en libertad enseñó el truco a otros en estado salvaje. Algo que, según los expertos, fue sólo por diversión, porque moverse sobre la cola no cumple ninguna función. Hay más: un estudio de la U. de Nueva Gales del Sur (Australia) reveló que estos mamíferos enseñan a sus crías a utilizar esponjas naturales para proteger su rostro mientras buscan peces con espinas. "Gran parte de su aprendizaje es similar a lo que vemos en niños pequeños", dijo Reiss en la cumbre.
Ahora, con su declaración en la AAAS, los expertos esperan convencer a las autoridades internacionales de que establezcan un marco legal que proteja a los cetáceos del cautiverio y caza.
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