Publicado por CB Ana María
Durante miles de años nos han condicionado a creer que hasta que no aparezca alguien "especial" en nuestras vidas, no seremos del todo felices.
Las películas, las novelas y las canciones románticas apoyan esta creencia, que nos lleva a que nos sintamos incompletos o vacíos si no tenemos pareja. O entonces nos sentimos insatisfechos con la pareja que ya tenemos, pues en el fondo tenemos una imagen de perfección que es imposible de alcanzar.
Esta creencia también se ha extendido en el mundo espiritual o metafísico, bajo la forma de la búsqueda de nuestra alma gemela. En algún lugar, en algún momento, aparecerá esa persona única, destinada para nosotros, que hará que con su presencia se disipen todos nuestros temores, problemas y heridas emocionales...
Pero esta búsqueda infructuosa e ilusoria sólo nos muestra que seguimos esperando que el Amor provenga de afuera, cuando la verdad es que ya somos ese Amor, ya lo llevamos dentro, y es en nuestro interior donde encontraremos a nuestra alma gemela.
Todos los seres humanos llevamos dentro una parte masculina y otra femenina, más allá de la forma física que tengamos.
Y las cualidades que nos atraen del sexo opuesto son aquellas que debemos reconocer en nosotros mismos, para descubrir hasta qué punto ya somos una Unidad, ya estamos completos.
Debemos reconocer, Amar y honrar a nuestro polo opuesto en nuestro interior, para que ambas partes se unan, se armonicen y equilibren, pues sólo así podemos sentirnos realmente plenos y libres.
Libres de condicionamientos, libres de esperas y expectativas, libres de la mayor ilusión: la de que estamos solos y aislados, cuando en realidad ya llevamos dentro toda la riqueza del Universo.
Sólo así, amando y encontrando en nuestro interior a nuestra alma gemela, podremos vivir la plenitud de la vida, y traer el Cielo a la Tierra.
Copiado de: Enriqueta Olivari.
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